El gladiador, oriundo de la Angelópolis, confiesa haber tenido un incierto comienzo en los encordados, pero ha podido forjar una carrera profesional Randolph KRAKER  En la actualidad, si se habla de uno de los grandes ídolos poblanos de la lucha libre se puede mencionar el nombre de Stigma. Es un gladiador con un rápido ascenso desde su aparición en julio de 2010, luego de que los nervios se apoderaran de él en varias ocasiones y muchas veces criticaba sus rutinas en el cuadrilátero. Sin embargo, aparecía de forma constante en las carteleras. Sus errores sobre el ring fueron criticados de forma severa por la afición pero conforme pasó el tiempo comenzó a modelar a un luchador menos nervioso y con mayor soltura; estaba claro que su proyección era total como uno de los poblanos más constantes en las funciones durante los últimos años. Ahora, al lado de sus compañeros Stuka y Lestat, confesó estar en plenitud para tomar un mayor protagonismo dentro de las peleas estelares del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), sobre todo en la que considera su hogar, la Arena Puebla. “Me siento complementado con ellos y con mucha confianza. Stuka es un gran amigo y compañero y Lestat es mi paisano y siempre será un honor compartir función con él, los tres nos acoplamos muy bien”, añadió. Al lado de sus secuaces, enfrenta hoy en día una gran rivalidad con luchadores rudos de la talla de Espíritu Maligno y el recién desenmascarado King Jaguar. “Son luchadores experimentados y grandes atletas con cualidades importantes y mucho talento. King Jaguar viene de perder la máscara ante Lestat y a Espíritu Maligno lo conozco muy bien, ya lo enfrenté muchas veces y sobre todo ha quedado marcado aquel enfrentamiento del cual salí vencedor en el 60 aniversario de la Arena Puebla”, sentenció. Desde sus inicios, Stigma creyó estar seguro de cuál ha sido la clave para conseguir éxitos importantes en su joven trayectoria. “Constancia, sacrificio y dedicación día a día sin duda han sido las claves para mantenerme arriba. Por supuesto también el apoyo de familia, amigos y afición te va dejando huella”, indicó el esteta. Es por ello que este luchador poblano se dice privilegiado de estar dentro del agrado de la exigente afición al pancracio en la Angelópolis y está consciente que la mejor forma de remunerar a sus seguidores será brindar grandes exhibiciones entre las 12 cuerdas. “Estoy muy orgulloso y me siento digno de ser querido dentro de la lucha libre mexicana. Mi casa, la Arena Puebla, me ha dado a conocer para demostrar de qué estoy hecho y hacerme de un nombre importante dentro de este bello deporte”, agregó. Por último, Stigma asegura que buscará un mayor crecimiento dentro de la empresa, iniciar nuevas rivalidades, buscar campeonatos, nuevos compañeros con quienes mostrar sus cualidades arriba del ring, así como la oportunidad de volver al extranjero, tal como lo hiciera en su odisea a Japón, y demostrar que en Puebla hay un enorme talento para la lucha libre. |