René VALENCIA Jesús El Zurdo Galicia nació el 14 de abril de 1987; de pequeño no sabía identificar que su mayor pasión serían las riñas, aunque durante su preparación académica siempre estuvo presente en la zona de castigo y alzando la mano como el culpable de las confrontaciones entre él y compañeros de aula rivales, mientras que en otras disfrutaba de distraerse en las clases. El pequeño Chucho Galicia padecía de forma constante de llamados de atención por parte de sus padres, quienes no comprendían tal exceso de energía; sin embargo, no fue necesario que intervinieran, pues por sí mismo Jesús buscó la forma de analizarla, la cual llegó de casualidad cuando a sus 13 años, edad y cursando sus estudios de secundaria, recorrió el Centro Histórico de la capital del estado, para adquirir unos zapatos nuevos. Fue cuando a su paso por la avenida 5 de Mayo, descubrió un gimnasio, el cual por entonces estaba encabezado por el entrenador Fernando Luna Vélez, pero mientras Chucho decidía qué calzado llevaría, decidió contemplar por unos segundos la puerta de cristal, donde apreció que enormes y fornidos gladiadores golpeaban costales y bolsas; quedó cautivado desde entonces. “En ese primer año mi primera experiencia fue aprender a pararme, a recibir golpes, tirarlos. La verdad es que los primeros días son desesperantes; aprender a parar, a moverte, para alguien como yo lo que quería es tirar guantes, tirar golpes, pero esos fueron los tres meses más horribles de mi vida”, expresó. Galicia aprendió en esa primera preparación de 12 meses a dominar sus impulsos y a evitar más problemas; el dolor de los entrenamientos diarios se tradujeron en una disciplina que previo a ese momento de su vida no logró encontrar en otra actividad, por lo que entendió que su sentido de vida pertenece a los cuadriláteros, no sólo de México, sino del mundo. La sensación de combate en el ring lo envolvió desde sus inicios y lo hizo surgir desde su entorno humilde y trabajador en la marisquería de su familia, llamada Alejandra y ubicada al interior del mercado la Acocota; al portar los pantaloncillos, se transformaría en un aguerrido oponente, impulsado por demostrar que los poblanos también son pugilistas de talla nacional, pese a la poca difusión que reciben. “No pensé que a través del boxeo iba a llegar tan lejos, pero es lo que le agradezco y por mi boxeo seguiré luchando y luchando hasta ser campeón del mundo y no podré describir todo lo he recibido por esto”, agregó. El futuro profesional El boxeador poblano supo identificar el éxito de su carrera cuando se ganó su primer apodo, pasando de ser sólo un Chucho del montón a convertirse en El Zurdo Galicia, pues, a diferencia de sus colegas, él golpea con la izquierda, su mejor arma en las exhibiciones. Antes de sus logros en el ring, el entorno del gremio siempre se burlaba de condición, pues golpear con la zurda es una anomalía entre los pugilistas, lo que le dio otros seudónimos en sus primeros años, “me decían chueco, me decían zurdo, me decían al revés, hasta que me bautizaron como El Zurdo Galicia”, recordó. A los 19 años obtuvo su primera oportunidad de subir al cuadrilátero, frente al mundialista Óscar Blanquet, en el Salón José Cuervo de la Ciudad de México; Galicia atesora esa experiencia, pues a pesar de no salir victorioso, contuvo con dignidad la furia de un adversario experimentado por más de 10 rounds, y supo también devolver los golpes que recibió. “No lo puedo explicar, la verdad, para mí subirme al ring es todo, es algo hermoso que yo siento al estar en la pelea”, comentó. Por tal motivo, para El Zurdo, su incentivo para superarse día a día es recordar la sensación de orgullo de sus padres al saber que se convirtió en alguien importante en la vida, sin importar que al principio dudaron de su repercusión en la historia del boxeo poblano. El joven púgil le da también a su novia Fernanda y a su hijo Cristian Jesús el crédito de sus logros, pues lo han impulsado a ser mejor persona. Los éxitos En casi una década de experiencia profesional, Jesús Galicia se enorgullece por sus cuatro títulos profesionales: campeón intercontinental, campeón latino, campeón internacional y campeón de las Américas. Por tal motivo, espera que este sea el año para romper todas las marcas y consagrarse como pentacampeón en su regreso a la categoría Gallo, una de sus oportunidades más grandes para levantarse con el cinturón. El Zurdo agradece las oportunidades que experimentó a través del deporte, pues nunca imaginó que un día saldría del país o que tendría éxito al otro lado del océano Atlántico, llegando a ser reconocido por la afición en naciones como España y Francia, por sus peleas ante talentos internacionales; el poblano aprendió que los sueños no tienen límites y cualquiera puede vivir la vida que decida. Entre sus planes a futuro, además de mantener la búsqueda del anhelado quinto título, figuran su regreso a Europa, y demostrar con su calidad a la Comisión de Boxeo Profesional Del Distrito Federal que no sólo en la capital del país nacen los nuevos talentos de los puños; también al interior del país hay jóvenes que buscan la oportunidad de vivir el sueño de portar los guantes con orgullo. |