El capitán de la Juventus, Giorgio Chiellini, el argentino Lucas Biglia, del Milan y el español Borja Valero, del Inter de Milán, son otros futbolistas que presentan la misma situación laboral y que viven la emergencia por el brote del coronavirus en Italia, que ya ha causado más de 6 mil muertos y más de 63 mil contagiados, con unas dudas añadidas sobre su futuro. 

Gabriele Gravina, presidente de la Federación de Fútbol italiana (FIGC), reconoció recientemente que acabar la temporada después del 30 de junio, fecha límite por la espiración de los contratos, no debe ser un tabú, aunque eso conllevaría una larga serie de complicaciones burocráticas. 

El veterano sueco, de 37 años, regresó al Milan el último enero tras expirar su contrato con el Los Ángeles Galaxy. Firmó un vínculo de seis meses con el cuadro milanés, que vence el 30 de junio, con opción a renovarlo un año más. 

El exjugador del Barcelona, del París Saint Germain o del Manchester United, entre otros, todavía no había decidido qué hacer en su futuro pues el Milan, antes del parón forzado de la temporada por el coronavirus, vivía una crisis interna que provocó el despido del jefe de futbol del equipo, el croata Zvonimir Boban. El vínculo de amistad entre los dos dejaba en el aire la continuidad de Ibra.