Megan Rapinoe fue campeona del mundo con la selección femenil de Estados Unidos en 2015 y 2019
Desde 1979, cada 28 de junio se realiza la Marcha del Orgullo LGBTQIA+, una movilización que ha evolucionado hasta convertirse en un mes entero de actividades por la diversidad sexual y la inclusión. El deporte no es la excepción, y una de sus principales voces ha sido la de Megan Rapinoe, futbolista estadounidense y dos veces campeona mundial. La fecha del orgullo se eligió en memoria de los disturbios de Stonewall, ocurridos en junio de 1969 en Nueva York, que marcaron el inicio de un movimiento global por los derechos de las personas LGBTQIA+. Megan Rapinoe fue campeona del mundo con la selección femenil de Estados Unidos en 2015 y 2019. En ambos torneos fue figura clave, no solo por su desempeño deportivo, sino por su activismo. Fue una de las primeras futbolistas en declararse abiertamente lesbiana mientras aún competía a nivel internacional. En 2016 se arrodilló durante el himno nacional como gesto de apoyo a Colin Kaepernick, en protesta por la violencia policial hacia personas afroamericanas. Desde entonces, su figura se consolidó como una referencia del activismo en el deporte, impulsando causas por los derechos civiles, la equidad salarial y la visibilidad LGBTQIA+. Encabezó la demanda contra la Federación de Futbol de Estados Unidos por igualdad salarial y de condiciones laborales entre las selecciones femenil y varonil, caso que concluyó con un acuerdo favorable para las jugadoras en 2022. Rapinoe se retiró en 2023, en una etapa donde su exposición pública creció a través de campañas institucionales, discursos y su presencia en la Casa Blanca, durante la administración de Joe Biden. Aunque su palmarés deportivo incluye títulos, premios y reconocimiento internacional, el legado de Megan Rapinoe trasciende las canchas: representa una lucha constante por la justicia social, la igualdad de género y la inclusión de la diversidad sexual en todos los ámbitos, incluido el deportivo. |