Día internacional contra la homofobia

17 de mayo, fecha en que se conmemora el día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

¿Por qué se instituyó la conmemoración del Día contra la Homofobia cada 17 de mayo?

En el pasado, la homosexualidad fue estigmatizada y considerada una patología psiquiátrica, una dolencia curable que requería tratamiento. Figuraba en manuales médicos y en la lista de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud.

No obstante, el 17 de mayo de 1990, la Asamblea General tomó una resolución histórica al eliminar la homosexualidad de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Desórdenes de Salud. Conmemorando esta fecha, desde 2004 se celebra anualmente el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

Sin embargo, la transexualidad tuvo que aguardar casi tres décadas más para dejar de considerarse una enfermedad, ya que no fue eliminada de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) hasta 2018. Un cambio que no entró en vigencia hasta cuatro años después.

En los últimos tiempos, se han alcanzado numerosos progresos en términos de igualdad, en los que existe la comprensión de que la orientación sexual y la identidad sexual de las personas es parte del desarrollo normal de su personalidad y que por lo tanto, también debe ser garantizada como un derecho humano.

En los últimos años en México se han efectuado cambios normativos en los registros para personas transgénero, se han incorporado artículos en relación a la no discriminación por orientación sexual e identidad de género, y sobre todo, se ha logrado el derecho al matrimonio igualitario. A pesar de ello, la plena igualdad aún no ha sido conseguida.

Los tipos de homofobia

La homofobia se manifiesta de diversas formas, algunas de las cuales pueden resultar sorprendentes.

Homofobia institucional, arraigada en las decisiones gubernamentales y anidada en el discurso y prácticas de instituciones religiosas, sociales o culturales. Estas instituciones oficiales pueden perpetuar y promover actitudes discriminatorias hacia las personas LGBTQ+.

Homofobia es la aprendida, transmitida de manera cultural y social sin necesidad de ser enunciada directamente. Se alimenta de los roles de género establecidos por la sociedad, imponiendo estereotipos y limitando la representación de las preferencias homosexuales.

La homofobia interiorizada es otro fenómeno complejo. Aunque una persona pueda ser abiertamente homosexual y abogar por los derechos LGBTQ+, aún puede experimentar homofobia de forma inconsciente.

Esta forma de homofobia proviene de creencias arraigadas y se manifiesta a pesar de no estar asumida conscientemente.

Es un conflicto interno que puede dificultar la aceptación plena de la propia identidad y generar sufrimiento emocional.

La homofobia en personas heterosexuales es quizás la forma más común y evidente. Surge de la sensación de amenaza ante la orientación sexual de alguien homosexual y su elección de género.

Se basa en la idea de que la homosexualidad es antinatural por no poder procrear, lo que puede llevar a pensar erróneamente que proviene de traumas o la falta de relaciones sexuales "normales".

Esta forma de homofobia puede llegar a extremos peligrosos, como las llamadas violaciones "correctivas", especialmente dirigidas hacia mujeres lesbianas.

Es importante reconocer y abordar estas diferentes manifestaciones de homofobia, ya que todas contribuyen a la discriminación y el sufrimiento de las personas LGBTQ+.

La educación, la promoción de la igualdad y la sensibilización son herramientas fundamentales para superar estos prejuicios y construir una sociedad inclusiva y respetuosa con la diversidad sexual y de género.

Lucha contra la homofobia en la actualidad

En la actualidad, todavía existen casi 80 países que continúan criminalizando la diversidad afectivo-sexual, lo que somete a millones de personas homosexuales, lesbianas, transgénero y bisexuales a penas de prisión, y en algunos casos extremos, incluso a la pena de muerte.

La LGTBfobia persiste en nuestra sociedad, manifestándose tanto en el entorno laboral como en los centros educativos. La triste realidad es que la mayoría de los jóvenes LGTB afirman haber sufrido violencia en sus escuelas.

Muchos adolescentes se ven limitados en la construcción de su identidad y en la vivencia positiva de su orientación afectivo-sexual.

Algunos reconocen su verdadera identidad como homosexuales, lesbianas, bisexuales o transgénero, pero se ven obligados a ocultarlo en público, mientras que otros aún no se atreven a aceptarse a sí mismos plenamente.

Esta situación es profundamente preocupante y requiere una atención urgente. Es imperativo que se promueva la educación, la sensibilización y el respeto hacia todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género. Los derechos humanos deben ser protegidos y garantizados para todos, sin excepción.

La discriminación y la violencia basadas en la diversidad afectivo-sexual no tienen cabida en una sociedad justa y equitativa.

Es fundamental trabajar en la eliminación de las leyes represivas y en la promoción de políticas inclusivas que fomenten la aceptación y la igualdad. Además, se requiere un ambiente seguro y libre de prejuicios en los centros educativos, donde los jóvenes puedan desarrollarse plenamente y expresar su verdadera identidad sin temor ni discriminación.

Solo a través de un esfuerzo colectivo y un cambio cultural profundo podremos construir un mundo donde todas las personas sean respetadas y valoradas por igual, sin importar su orientación afectivo-sexual.

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