Abriendo el diálogo: Conversación con una doula sobre la violencia obstétrica

La violencia contra la mujer se asocia con golpes, maltrato psicológico, discriminación, acoso o abuso sexual; sin embargo existe otro tipo: la violencia obstétrica

Abriendo el diálogo: Conversación con una doula sobre la violencia obstétrica
Foto de Ryutaro Tsukata Abriendo el diálogo: Conversación con una doula sobre la violencia obstétrica

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La violencia contra la mujer se asocia con golpes, maltrato psicológico, discriminación, acoso o abuso sexual; sin embargo existe otro tipo: la violencia obstétrica.

De acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la  violencia obstétrica se genera con el maltrato que sufre la mujer embarazada al ser juzgada, atemorizada, humillada o lastimada física y psicológicamente. Se presenta en los lugares que prestan servicios médicos y se da en todas las esferas de la sociedad.

Al respecto, en El Popular, periodismo con causa, platicamos con una doula con experiencia. Estas mujeres brindan acompañamiento a las futuras madres, fungiendo como asistentes profesionales enfocadas en brindar apoyo tanto emocional como físico a la pareja durante el embarazo, parto y posparto.

Foto de Italo Crespi
Foto de Italo Crespi

Pese a la importante labor que desempeñan las doulas, en los diferentes hospitales de Puebla les niegan la posibilidad de acompañar a las personas embarazadas. Así, esto forma parte de la misma violencia obstétrica vivida por las mujeres que, al mismo tiempo, son señaladas y criminalizadas por el personal médico.

La doula explicó que en la actualidad hace falta tener más conocimiento sobre cómo se puede ser víctima de violencia obstétrica, pues con el paso de los años se ha normalizado tanto que las mujeres que lo padecen no son conscientes de ello. 

En este sentido, la doula aseguró que, además de las agresiones verbales, humillación y maltrato visible que sufren las mujeres durante su parto, existen otras violencias que no son reconocidas como tal por falta de conocimiento.

Las diferentes caras de la violencia obstétrica

Ello se puede presentar en situaciones tales como la inducción del parto; en este punto, la doula explicó que muchos médicos prefieren inducirlo para acelerar el proceso, lo cual evita que se produzca de manera natural. Esto lo hacen bajo coacción, pues infringen miedo a las madres al decirles que el procedimiento sería riesgoso en caso de negarse a inducirlo.

Por otro lado, la doula señaló que desde tiempos ancestrales se sabe que la posición ideal para el parto es estar sentada, en cuclillas o incluso parada. Suele suceder que, cuando están en labor de parto, muchas mujeres buscan de manera inconsciente estas posiciones; no obstante, los médicos les prohíben asumir una posición cómoda y adecuada.

Foto de Gustavo Fring
Foto de Gustavo Fring

Mutilaciones por comodidad médica 

De acuerdo con la doula, otra práctica común, dolorosa e innecesaria es la episiotomía. Ella se refiere a la realización de una incisión quirúrgica en la zona del perineo femenino, que comprende piel, plano muscular y mucosa vaginal, cuya finalidad es la de ampliar el canal "blando" para abreviar el parto y apresurar la salida del feto. Se realiza con tijeras o bisturí y requiere sutura.

Durante años, se creyó que una episiotomía ayudaba a prevenir desgarros vaginales más grandes durante el trabajo de parto. Los expertos creían que una incisión se curaría mejor que un desgarro natural. También se pensaba que el procedimiento ayudaba a conservar los músculos y el tejido conectivo que sostiene el suelo pélvico.

Sin embargo, en la actualidad las investigaciones sugieren que las episiotomías de rutina no previenen estos problemas; pese a ello, los médicos las continúan realizando de manera cotidiana, generando una mitigación innecesaria en las mujeres o personas gestantes. 

Foto de Caleb Oquendo
Foto de Caleb Oquendo

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La recuperación de una episiotomía es incómoda. A veces, la incisión es más extensa de lo que hubiera sido un desgarro natural. Es posible que se produzca una infección. En algunas personas, la episiotomía causa dolor durante las relaciones sexuales en los meses posteriores al parto.

Una episiotomía de la línea media te pone en riesgo de sufrir un desgarro vaginal de cuarto grado, el cual se extiende por todo el esfínter anal hasta la membrana mucosa que recubre el recto.

Limitantes en el acompañamiento durante el parto

Otro tipo de violencia implica prohibir a la madre tener la compañía de un familiar dentro del quirófano. Debido al nivel de saturación de los hospitales públicos, se obliga a las mujeres a parir de manera sistemática para poder despejar el área para la siguiente paciente, lo cual la doula considera como una acción violenta al no permitir un proceso de parto natural. 

En el caso de los hospitales privados, que generalmente permiten el acompañamiento de familia dentro del quirófano, se ha restringido el acompañamiento de las doulas, por supuestamente “interferir en el proceso”, algo que a decir de la doula es totalmente falso. 

Las mujeres no tienen control sobre su cuerpo

Por otra parte, las mujeres no tienen control sobre sus cuerpos durante el proceso del parte. En la mayoría de los casos, los doctores o doctoras ignoran los deseos de las madres y todas las cuestiones médicas sobre la mujer que está en labor de parto corren por cuenta de su pareja.

Una de las preguntas realizadas a la pareja –y no a la madre– se refiere a la implementación de anticonceptivos permanentes o temporales, como el amarrar las trompas de falopio o colocar dispositivos intrauterinos (tales como los famosos DIU). 

Foto de Amina Filkins
Foto de Amina Filkins

Lo mismo sucede en el caso contrario. Hay ocasiones donde la mujer solicita el servicio para colocarse estos dispositivos o realizarse dichas operaciones, lo cual le es negado, al considerarse que es muy joven, no ha procreado o no es permitido por su pareja. 

Generar visibilidad en torno a estas y otras formas de violencia obstétrica e implementar el acompañamiento de una doula permitirá la creación de mejores condiciones para las madres y personas gestantes que viven un parto, lo cual devendrá en un proceso más humano.