Jueves 23 Agosto 2018

En el repertorio de la comida italiana, especialmente las pastas, hay una gran variedad de salsas y formas de acompañar la pasta. Desde la simple combinación de mantequilla y queso espolvoreado, hasta una elaborada salsa de cocción lenta, tienes opciones para no aburrirte de prepararla siempre igual.

BOLOÑESA

La receta tradicional lleva zanahoria, cebolla y apio, que se pican y se sofríen, para luego añadir carne picada y pulpa de tomate. Agrega un poco de mantequilla, sal y pimienta justo antes de quitarla del fuego. El secreto para un sabor y textura inigualables es la cocción, dale su tiempo y no te apresures, valdrá la pena esperar.

Carbonara

Aunque muchas versiones llevan crema, la receta original se hace con muy pocos ingredientes: tocino, huevo y queso, se cocina directamente sobre la pasta cocida y caliente. Condimenta con una pizca de pimienta negra recién molida y un poco más de queso rallado encima.

Puttanesca

Para esta pasta sólo necesitas aceitunas negras, alcaparras, anchoas y tomates. Las anchoas se rehogan en aceite de oliva hasta que se empiezan a disolver. Se añaden las aceitunas, las alcaparras y por último, los tomates machacados y un toque de orégano. ¿Sencillo, no?

PESTO

Para elaborar esta tradicional salsa italiana, necesitas hojas de albahaca fresca, piñones tostados, ajo sin germen, aceite de oliva y un poco de sal. Mezcla todo en tu procesador de alimentos, hasta que tenga una consistencia tersa y uniforme. El secreto para que tenga un color verde brillante es no dejar que las hojas de albahaca se oxiden.

ALFREDO

Hecha a base de mantequilla y queso, si quieres una salsa cremosa, esta es tu opción. Añade crema de leche, ajo y pimienta, tendrás una salsa versátil a la que puedes sumar pollo, camarones, espinacas, tocino o lo que prefieras. No olvides el queso parmesano rallado como toque final.

PRIMAVERA

Si lo tuyo son los vegetales, no temas combinar tus favoritos con la pasta. Mezcla colores y aromas que te recuerden la primavera. Sofríe un poco de ajo picado y luego añade los vegetales. Deben cocerse al punto de no quedar duros, pero tampoco muy blandos. Añade queso o alguna fuente de proteína de tu preferencia.