Copa borgoña

Se caracteriza por ser una copa grande, voluminosa y de cuello ancho. Su tallo es largo, por lo que permite que suban más los aromas, logrando que el vino respire y se pueda agitar para que se mezcle con el aire y se abra. Es ideal para aquellos vinos que han pasado una temporada larga en barrica y luego en botella; en general cualquier vino untuoso que no sea joven y soporte bien la oxidación. Puedes buscar desde los Rioja y Ribera con mucha madera o los Priorato, que son más estructurados.

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Chardonnay

Ésta se utiliza para vinos blancos, los cuales se identifican por ser bastante afrutados y ligeros, ofreciendo su aroma al primer sorbo. Necesitan una copa más pequeña que las de los tintos, ya que interesa que no exista un excesivo volumen, para evitar que se caliente. Por lo que esta copa es de tallo bajo y cáliz algo aplanado, pero su cuello es amplio.

Burdeos

Su cáliz es más alargado y alto; el cuello es cerrado, aunque no es estrecho. Ésta es la copa más estándar para los vinos tintos y también se utiliza en todo tipo de españoles. Su cuello permite que se concentren los aromas y que pueda ser agitada para despertarlos, pero sin saturar el paladar. Excelente para vinos jóvenes y con crianza.

Jerez

En el caso de los vinos de Jerez, son distinguidos por su grado de oxidación sobre la base de una fermentación maloláctica en la crianza. Por esta razón se consumen en una copa especial; ésta es pequeña, de cáliz alargado pero corto, y de tallo corto y grueso. Además el grosor del cristal puede ser algo mayor, ya que mejora la conservación de la temperatura, pues se pueden tomar frescos a templados.

Flauta