Las zapatillas de tacón alto

Indiscutiblemente, los tacones cambiaron nuestra estética, incluso nuestra forma de caminar, llegando a pensarse que son un accesorio difícil, y es porque en realidad no fueron diseñados para caminar.

Hace tiempo eran usados únicamente por hombres, hasta el siglo XVII. En la época medieval en Europa estos zapatos se usaban con plataforma de madera para que el calzado no se ensuciara, y hasta el siglo XIV, en el Medio Oriente los tacones servían para prevenir que los jinetes se aferraran a sus estribos, así como dispararan sus flechas con más precisión y no se resbalaran.

Los zapatos al estilo persa fueron adoptados por los aristócratas que buscaban tener apariencia viril, pero cuando este calzado llegó a la clase baja, decidieron aumentar drásticamente la altura de sus zapatos y ahí se empezó a usar el tacón alto.

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En el siglo XV la característica manía de las mujeres por adoptar elementos de vestuario de los hombres, hizo que rápidamente se extendiera a ellas y a los niños. Después los hombres comenzaron a usar tacones más cuadrados, robustos y bajos, mientras que los de las mujeres eran más esbeltos y curvos.

Pero en el periodo de la Ilustración, este zapato se dejó de usar en ambos sexos y dio lugar a que en 1740 volvieran, donde los hombres ya habían dejado de usarlos.

En 1760 Giacomo Pirandelli, barón de Styletto (un comerciante y diseñador italiano), inventó el tacón de aguja, y en los 70 los hombres lucieron las famosas plataformas.

Fue así como en los años 90 fue el boom del estilo con zapatillas altas y ahora es una pieza indispensable en distintos ámbitos, usadas para estilizar las figuras femeninas y siempre dispuestas en los básicos del armario de una mujer.