Idea millonaria: El origen de la famosa talavera

La cerámica empezó en el imperio persa, después se llevó al Imperio Chino

Idea millonaria: El origen de la famosa talavera
Agencias | Fabricación de la talavera Idea millonaria: El origen de la famosa talavera

La cerámica empezó en el imperio persa, después se llevó al Imperio Chino. De ahí, el comercio internacional hizo que llegara a Marruecos, y por la invasión musulmana a España fue como la conocieron, para pasar de los españoles a México.

Debido al comercio marítimo de México con Asia y China, a esta cerámica se le adjudicaron elementos asiáticos, haciendo que un pequeño grupo de artesanos españoles, en 1550, quienes provenían de los talleres de Talavera de la Reina, Sevilla y Génova, se establecieran en la Nueva España, en particular en Puebla, comenzando a producir la loza estanífera.

Estos artesanos decidieron aprovechar el conocimiento prehispánico que tenían los pueblos indígenas en el manejo de las arcillas, y lo incorporaron a sus talleres con su propio personal europeo, e incluso con esclavos negros.

En un inicio, empezaron a producir tanto objetos de loza como de cañería, ya que en la ciudad se inició un proceso de construcción, donde necesitaban tubería para llevar agua a los conventos, iglesias y casas de los principales, haciendo al mismo tiempo piezas de tubería de barro, cazuelas y jarros, para después empezar a trabajar la loza fina.

Esto se realizaba así porque la pieza de tubería de barro era tan valiosa como una vajilla, porque el material con el que hacían un plato correspondía a la misma cantidad con el que hacían una cañería. En el caso de la loza fina, en la medida en que se agregaban materiales cotizados, como el estaño y el cobalto, las piezas subían de precio.

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La industrialización de este elemento empezó a generarse gracias a que las familias con altos recursos deseaban tener una vajilla de porcelana o de loza fina de Europa, pero al realizar el viaje tan largo desde el Viejo Continente, las piezas se quebraban con facilidad y tenían que conseguir otra.


Esa fragilidad ayudó a la producción de talavera, que incrementó porque era más barato hacer un plato nuevo localmente que traerlo de fuera. Por eso en los talleres novohispanos de la Angelópolis, donde trabajaban algunos maestros de España, combinaron su trabajo con la fusión de técnicas, teniendo como resultado el surgimiento de una producción original en los diseños de la talavera poblana, haciéndola distinta de la europea.

Así fue como comenzaron a realizar loza con el azul cobalto abultado, que para la elaboración se requirió una selección de finas arenas para mezclarlas en un modelaje manual, aplicando estaño, para lograr una nueva textura y haciendo una ostentación extrema por el barroquismo de las piezas, esperando la cocción y decorándola. Este método no ha cambiado desde la época virreinal.

Este producto, después de muchos años se empezó a popularizar en vajillas, contenedores para los hospitales e incluso para el traslado del vino y el pulque. También se aplicó en los azulejos, primero dentro de los inmuebles, como en cocinas, fuentes y altares; y después, principalmente en el siglo XVIII, en las fachadas de casas e iglesias.

La conocida talavera en 1994 obtuvo la denominación de origen, que declara que sólo se puede producir en el estado de Puebla como en Tecali, Atlixco y Cholula, pero sólo algunas compañías han obtenido la certificación para su producción.