Trasplante hepático y sus avances clínicos

Es importante que existan donadores activos que no busquen una remuneración económica para poder brindar una parte de su órgano.

Trasplante hepático y sus avances clínicos
Agencias | Hay 317 pacientes en la lista de espera. Trasplante hepático y sus avances clínicos

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El trasplante hepático consiste en remover el hígado dañado, en una fracción o en su totalidad, para ser reemplazado por uno sano. De acuerdo con las cifras del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), hay 317 personas en lista de espera para poder recibir este órgano fundamental que permite procesar los alimentos.

Existen dos procedimientos para hacerlo. El primero es el tradicional, donde se remueve todo el órgano a causa de una cirrosis, tumor o por presentar alguna deficiencia de enzimas, afirma la doctora Mercedes Martínez, gastroenteróloga pediatra y especialista en enfermedades hepáticas y trasplantes de hígado e intestino, en entrevista para El Popular, diario imparcial de Puebla.

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El segundo es conocido como auxiliar parcial; es decir, sólo se remueve una porción y se le trasplanta una parte de uno sano, procedimiento que se realiza cuando hay un fallo hepático agudo.


Este último solamente se realiza en muy pocos nosocomios, y uno de ellos es el Hospital Presbiteriano de Nueva York, y su directora la doctora Mercedes Martínez relató más sobre los avances médicos en este tema.

“Los trasplantes dependen de la gravedad de las fallas del órgano. El fallo puede ser agudo y crónico. El hígado es el encargado de metabolizar los alimentos y producir enzimas que funcionan en el organismo; cuando hay una falla en el órgano, es cuando se debe hacer un trasplante,” comentó la doctora Martínez.

En los pacientes pediátricos hay enfermedades que también afectan al hígado, y son producidas por toxinas o problemas de hepatitis. La más común es la atresia de las vías biliares, que se origina cuando éstas no se desarrollan de manera adecuada en el infante, o los bebés presentan obstrucción de la bilis, del hígado a la vesícula.

“En México, entre 100 y 150 neonatos presentan atresia de las vías biliares. Cerca del 50 por ciento de esos infantes que se diagnostican a tiempo van a necesitar un trasplante en los primero 4 o 5 años de vida,” explicó la directora.

Gracias a las investigaciones hechas, el mayor avance que se ha tenido es la tasa de supervivencia de un paciente, pues la mayoría de los enfermos suelen rechazar el órgano y, de complicarse la situación, pueden fallecer.

“El órgano trasplantado y el recipiente son como una relación amorosa: si te enfadas con tu novia, tendrás que comprar un regalo costoso para salir del problema; pero si llevan 30 o 40 años, las cosas se perdonan más fácilmente; se miran y se entienden. Esto pasa con los órganos: un rechazo temprano implica mucho medicamento, pero un rechazo después de 10 años se puede controlar con facilidad,” puntualizó la especialista en trasplantes.

La doctora Mercedes Martínez dijo que después de que los niños presentan problemas con el trasplante y rechazan el órgano, los inmunosupresores pueden complicar aún más la situación. Cuando se suministran estos medicamentos, se disminuye la efectividad del sistema inmune del paciente; por lo tanto, estas personas pueden desarrollar infecciones o algún tipo de cáncer; sin embargo, ése es el próximo tema de estudio de la especialista: eliminar los inmunosupresores, para que al detener su consumo se garantice una mejor calidad de vida.