Orgasmo femenino: a encontrarse y a conocerse sin tabúes

El 30 por ciento de las mujeres no experimentan orgasmos, y el 12 por ciento nunca ha tenido uno, ni sola ni con pareja.

Cada 8 de agosto se celebra el Día Mundial del Orgasmo Femenino. Esta celebración surgió en 2006 por iniciativa de Arimateio Dantas, concejal del pueblo brasileño de Esperantina, quien tomó este día para compensar las “deudas sexuales” que tenía con su esposa.

Esta celebración se ha extendido en muchos países y está totalmente justificada, pues nos recuerda la capacidad transformadora de la sexualidad y la importancia de tener conocimiento sobre nosotras mismas, y con motivo del 8 de marzo queremos compartir algunos datos al respecto.

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Etapas del orgasmo femenino

El sistema nervioso, y el cerebro como su parte central, juegan un papel muy importante en la fase de estimulación sexual y física, ya que al momento del clímax se activan numerosas áreas y estructuras cerebrales que son las responsables de que experimentemos el orgasmo, con todo lo que implica. En el área genital existen una enorme cantidad de nervios, sólo en el clítoris hay más de 8 mil terminaciones nerviosas. Ojo hombres, no sólo es “meter y sacar”.

Excitación: momento en el que se produce la vasocongestión genital; es decir, el inicio de la respuesta sexual. En esta fase se produce la lubricación y el agrandamiento del clítoris.

Meseta: se presenta solamente si continúa la estimulación. Aquí se acelera el ritmo cardiaco, aumenta la temperatura corporal, la respiración es más rápida, se produce tensión muscular, hay una reducción del diámetro exterior de la vagina y aumento del clítoris.

Orgasmo: es el momento de máxima actividad fisiológica y de sensaciones subjetivas de inmenso placer. Las mujeres experimentan contracciones rítmicas en la vagina, el útero, los músculos pélvicos y el ano. La sensación de placer, según diversos estudios, registra de 12 a 18 contracciones con una duración de hasta 20 segundos.

Resolución: es la vuelta a los niveles fisiológicos basales. Las mujeres no tienen que descansar para tener otro orgasmo; a diferencia de los hombres, que necesitan del periodo refractario para experimentar otro.

 

Circuito del placer

Cuando comienza la excitación, el cerebro envía sangre a los órganos sexuales. Es un reflejo de la estimulación sexual, física y psicológica. Por eso, para alcanzar un orgasmo es importante y necesario que la persona esté relajada.

Poco a poco incrementa la frecuencia cardiaca y respiratoria y se van produciendo cambios fisiológicos. Cuando se experimenta una estimulación continuada, se activan diversas estructuras cerebrales de este circuito.

También se produce una inhibición de la corteza orbitofrontal lateral, la parte del cerebro responsable de los procesos de la razón y el control, por lo que es posible que durante un orgasmo el cerebro apague por completo esta zona.

En la mujer se estimula el córtex cerebral, que está involucrado en el dolor, lo que podría sugerir una conexión existente entre esta sensación y el placer.

Eyaculación femenina

La eyaculación femenina no es un tema nuevo, pues desde el tiempo de Hipócrates ya se defendía la existencia de un líquido seminal femenino. En tiempos más recientes, Grafenberg demostró la presencia de un área, el punto G, en el tercio medio de la pared anterior de la vagina.

Alrededor de la uretra existen varias glándulas uretrales y parauretrales, que podrían denominarse como “próstata femenina”.

Existen también los conductos yuxtauretrales o conductos de Skene, los cuales desembocan debajo del meato urinario, en la posición 4 y 8 de la circunferencia del reloj.

La eyaculación femenina no es expelida por la uretra; sin embargo, la sensación es similar, pero el líquido tiene otra consistencia diferente al flujo y es más acuoso.

 

Datos sobre la vagina

1. La secreción vaginal es normal, no depende de una infección.

2. Las vaginas son ácidas, similares al cloro, por eso es posible que decolores tu ropa interior.

3. Los labios internos más largos son más normales y comunes que los pequeños.

4. Usar jabones con aroma, desodorantes, perfumes o duchas vaginales modifica el pH de tu vagina, no es normal ni saludable querer oler siempre a flores. Es capaz de limpiarse sola con agua.

5. Orinar después de tener relaciones sexuales ayuda a limpiar el tracto urinario de los líquidos que podrían quedar atrapados allí y causar infecciones.

6. Es mejor la ropa interior de algodón. Este tipo de tela permite una mayor respiración y ventilación del área. Limita el uso de seda, satín o encaje, ya que pueden irritar la vulva y modificar tu pH.

 

Libertad sexual

El 30 por ciento de las mujeres no experimentan orgasmos, y el 12 por ciento nunca ha tenido uno, ni sola ni con pareja, dato que confirma el Instituto Kinsey de Estados Unidos, el cual establece que sólo un tercio de la población femenina, en el mundo, ha llegado a experimentar uno.

 

 

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