Reducir la ingesta de sal mejora la salud

El uso excesivo de la sal contribuye a la hipertensión arterial además de otros riesgos cardiovasculares.

El elevado consumo de sodio contribuye a la hipertensión arterial y aumenta el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular. La sal es la principal fuente de sodio en nuestra alimentación, aunque también puede aportarlo el glutamato de sodio, un condimento utilizado en muchas partes del mundo.

La mayoría de las personas consumen demasiada sal, de 9 a 12 gramos por día en promedio, es decir, dos veces la ingesta máxima recomendada.

Un consumo de sal inferior a 5 gramos diarios en el adulto contribuye a disminuir la tensión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio. El principal beneficio de reducir la ingesta de sal es la correspondiente disminución de la hipertensión arterial.

La reducción de la ingesta de sal se considera una de las medidas más costoeficaces que los países pueden tomar para mejorar la situación sanitaria de la población. Las medidas principales de reducción generarán un año más de vida sana a un costo inferior al ingreso anual medio o al producto interno bruto por persona.

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El mejoramiento de los hábitos alimentarios es una responsabilidad que incumbe tanto a la sociedad como al individuo. Exige un enfoque que abarque a toda la población, multisectorial y culturalmente pertinente.

Las estrategias principales para la reducción de la sal comprenden lo siguiente:

-No agregando sal durante la preparación de los alimentos;

-No poniendo saleros en la mesa;

-Limitando el consumo de tentempiés salados;

Escogiendo productos hiposódicos.

Otras medidas prácticas a nivel local para reducir el consumo de sal son : integrar la reducción de la sal en los programas de formación de los manipuladores de alimentos; retirar los saleros y los recipientes para salsa de soja de las mesas de los restaurantes; colocar etiquetas en los productos o los estantes que indiquen claramente que ciertos productos tienen un alto contenido en sodio; facilitar un asesoramiento dietético específico a las personas que acuden los centros de salud; abogar por que las personas limiten el consumo de alimentos muy salados y porque reduzcan la cantidad de sal que utilizan para cocinar; y educar a los niños y crear un entorno propicio para que adopten tempranamente una dieta hiposódica.


 

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