¿Por qué se aprietan los dientes?

Conoce la manera en la que afecta este padecimiento y sus consecuencias.

La acción de apretar o rechinar los dientes de manera involuntaria y de forma continua se le conoce como bruxismo o enfermedad silenciosa. Puede darse tanto por el día como por la noche, aunque es más frecuente que se produzca durante el sueño. La mayoría de las veces, la persona afectada no es consciente del padecimiento hasta que su pareja se da cuenta del problema, o cuando se visita al dentista de forma rutinaria. Si consideras que puedes tener esta enfermedad sigue leyendo y conoce todo sobre ella.

Causas

Los desencadenantes más importantes de este padecimiento son la ansiedad y el estrés. Aunque expertos también indican otros factores que pueden intervenir en la aparición del bruxismo como son: la mala alimentación, la alineación inadecuada de los dientes, la presencia de trastornos respiratorios durante el sueño, las malas posturas a la hora de dormir o la ansiedad, entre otras.

La importancia de asistir al dentista

Ante la primera sospecha de bruxismo, es fundamental visitar a un especialista para confirmar el diagnóstico y, también, mitigar el impacto que se haya podido producir en la cavidad oral. Ya que puede provocar otros problemas como hipersensibilidad aguda: al rechinar los dientes, las piezas dentales se desgastan, astillan y rompen produciendo dolor en la zona mandibular; sensibilidad dental: especialmente al frío, al calor y a los alimentos dulces. irradiación del dolor: el malestar puede extenderse a otros órganos produciendo dolor de cuello, oído o cabeza. insomnio. el malestar producido por el dolor puede derivar en dificultades y problemas para conciliar el sueño.

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Cuando el problema del bruxismo no se corrige a tiempo suele desembocar en patologías o alteraciones articulares y en una separación maxilar que puede producir trismo (un síntoma que dificulta o limita la correcta apertura de la boca) e, incluso, llegar a generar una contractura muscular muy dolorosa.

Tratamiento

En cuanto a los tratamientos para el bruxismo están principalmente orientados a reducir el rechinamiento de los dientes, prevenir el desgaste del esmalte, eliminar el dolor y evitar posibles daños permanentes en la mandíbula. Existen dos tipos de tratamientos el primero es la férula de descarga. Esta en la mayoría de los casos se utiliza cuando se trata de bruxismo de predominio nocturno. Se trata de una prótesis ajustada a la dentadura del paciente, que debe colocarse durante las horas de sueño, y cuya función es intentar relajar y reconocer la articulación temporomandibular para evitar el rechinar de los dientes y el consecuente desgaste del esmalte.

La segunda es la rehabilitación protésica. Esta se utiliza en los casos más avanzados, en los que existe un importante desgaste dental y una disminución de la dimensión vertical que afecta a la articulación tempo mandibular, donde se recomienda rehabilitar protésicamente las piezas dentales con el fin de recuperar la posición articular idónea.

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