Guía básica para conocer los tipos de sustratos
No todas las plantas presentan las mismas necesidades ni todos los suelos son aptos para cualquiera de ellas, por ello es necesario el sustrato.
Escuchar la palabra sustrato en el ámbito de la jardinería, puede no parecer importante, pero es todo lo contrario ya que es fundamental para el crecimiento y bienestar de nuestra planta. Pues es el encargado de alimentar y proveerlas de lo que necesitan, y no solo nos referimos a nutrientes sino también a la salud de la misma. Por ello es importante elegir el sustrato adecuado según cada especie vegetal. Y aquí te vamos a dar la guía básica para adquirir el mejor. Sustrato universal Apto para la mayoría de plantas. Se caracteriza por ser una tierra esponjosa, porosa, con un pH equilibrado (de entre 6.5 y 7) y de fácil hidratación. Además, mantiene bien el agua de riego. Es un sustrato ideal tanto para plantas de interior como para plantas de exterior, e, incluso, para el jardín. Sustrato de plantación o trasplante Específico para estos casos en los que las plantas necesitarán un aporte importante de nutrientes e, incluso, de hormonas para enraizar correctamente. La mayor parte de las fórmulas incluyen composta y, además, por su fórmula son buenas tierras para retener el agua. Sustrato para plantas de flor y geranios Cuenta con una alta concentración de abono completamente orgánico, el cual se encarga de estimular la floración, pero, también, potenciar el colorido de la misma. Tierra ideal tanto para flores de interior como de exterior. Plantas verdes de interior Este tipo de sustrato ayudará a mantener el característico colorido de este tipo de plantas gracias a una correcta aportación de nutrientes. Además, apoyan la retención de agua de riego y cuentan con estimuladores para las raíces. Ideales para las palmeras y helechos. También lee: Fertilizantes caserosSustrato para huerto Las plantas hortícolas, aromáticas y frutales demandan un alto porcentaje de nutrientes para poder crecer y dar sus frutos. Por eso es importante elegir el sustrato adecuado (tanto cuando se trate de semilleros, pues tienen necesidades específicas y necesitan apoyo para arraigar, como cuando se trate de cultivos más adelantados del huerto). Este en especial fomenta el crecimiento de las plantas de huerto durante las primeras semanas gracias a su composición, y cuenta con una elevada concentración de abono. Sustrato para bonsáis De estructura blanda y permeable gracias a la mezcla óptima de arena de cuarzo (idónea para que su correcto drenaje y evitar cualquier encharcamiento) y minerales de arcilla (para permiten que el bonsái retenga los nutrientes que necesita). Sustrato para plantas ácidas Aquí entran las Azaleas, Hortensias, Brezos, Camelias y una larga lista de especies que demandan suelos con un pH inferior a 6.5 (de hecho, se sitúan en el 4.5). Gracias a este nivel de pH, garantizarás la correcta absorción de nutrientes, pero también, de hierro (para evitar su empalidecimiento). Sustrato para orquídeas Dado que en su medio natural suelen estar colgando de árboles o, incluso, de sus troncos las orquídeas necesitan un sustrato que recree (de alguna manera) esas condiciones. Algo que se logrará con una buena proporción de corteza de pino (que permite crecer a las raíces de manera radicular) y arraigar sin exceso de humedad. Sustrato para rosales Rico en arcillas, contundente e ideal para mantener tanto la frescura que se logra con el riego como los nutrientes. Este tipo de sustratos ayudan a que el suelo en el que crece el rosal sea un suelo fértil (una de sus necesidades básicas para crecer y florecer, por lo que es una tierra rica en nutrientes) y cuentan con un pH ligeramente alcalino. Sustrato para suculentas y cactus Se caracteriza por ser una tierra muy suelta, aireada y porosa para permitirle a esta familia de plantas el correcto drenaje. Este tipo de sustratos suelen estar enriquecidos con un enraizador específico y con magnesio (para paliar la pobreza en nutrientes del sustrato, alimentando correctamente a la planta). Sustrato para estanques Es una tierra específica para estos pequeños ecosistemas que basa su formulación en una mezcla de arcillas (que favorecen la liberación lenta de nutrientes y evitan la formación de algas) y arena de cuarzo (que evita que se enturbie el agua del estanque).
|