Salsas mexicanas para acompañar carnes rojas

La salsa es una mezcla de chile, agua, sal y diversas especias culinarias que en muchos casos es la parte más importante de un platillo mexicano.

No es ningún secreto que en la gastronomía mexicana predominen los platillos picantes. Convirtiéndose este complemento en un básico de cada mesa que puede acompañar cualquier comida. Lo cierto es que las salsas industriales -que en muchas ocasiones nos salvan de algún apuro- no se comparan con una salsa preparada en casa, mucho más sabrosa y saludable. Por ello en esta ocasión te compartiremos cuatro recetas de salsas para acompañar carnes, que quedaran perfectas para consumir este fin de semana.

Salsa de tamarindo con chipotle

Necesitas: 3 chiles chipotles adobados, una taza de puré de tamarindo, dos cucharadas de aceite, una cucharada de jugo de limón y cuatro cucharadas de azúcar. Primero licua todos los ingredientes hasta que queden integrados a la perfección. Sirve y disfruta.

Salsa roja con chiles de árbol y morita

Si no pica no sabe, nada como una salsa roja que con sólo olerla se antoja. Requieres cuatro jitomates, ¼ cebolla blanca, 15 chiles de árbol, 4 chiles moritas, un diente de ajo y sal al gusto. Procedimiento: Pon a cocer los jitomates y retira la piel. Aparte, asa la cebolla y los chiles sin dejar que se quemen. Licua el jitomate con los chiles, cebolla y ajo. Agrega sal al gusto.

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Salsa macha con cacahuate y arándano

Ingredientes: 20 chiles de árbol seco, 60 gramos de chile morita, 150 gramos de aceite de oliva, una taza de cacahuates tostados, 2 cucharadas de semillas de ajonjolí, 2 dientes de ajo, una cucharada de sal de grano, 1 cucharada de azúcar morena, 1 ½ cucharada de vinagre blanco, ⅓ de taza de arándanos y sal. Instrucciones: retira las semillas de los chiles. Calienta un poco de aceite de oliva y sofríe hasta que esté dorado, sin que se queme; reserva. Agrega los chiles y fríelos hasta que tomen un color más oscuro y comiencen a inflarse un poco; esto ayudará a darle sabor ahumado. Fríe el cacahuate y reserva. Fríe el ajonjolí, removiendo con frecuencia para que no se queme. Mezcla todo ligeramente en la licuadora con los arándanos, el azúcar, el vinagre y el resto del aceite en el que freíste los chiles. Agrega sal al gusto.

Salsa de cacahuate

Necesitas una taza de cacahuates tostados, ½ taza de crema de cacahuate, ½ taza de soya, 2 cucharadas de aceite de ajonjolí, 3 chiles chipotles secos picados y ⅓ taza de jugo de limón. Debes dorar los chipotles con el aceite de ajonjolí hasta que estén crujientes; licua la mitad con el resto de los ingredientes. Sirve y decora con el resto del chipotle y cacahuate.

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