| Miguel Tirado Rasso mitirasso@yahoo.com.mx El pasado primero de mayo, un comando de cinco helicópterosde nuestras fuerzas armadas que realizaba un reconocimiento aéreo, detectó, en Villa Purificación, Jalisco, un convoy de vehículos con gente armada. Al percatarse de la presencia militar,estos sujetos abrieron fuego en contra deuna de las aeronaves, un helicóptero Cougar de la Fuerza Aérea Mexicana,con capacidad para 18 personas, que fue impactado en el rotor de cola por un lanza cohetes, lo que motivó que la nave cayera. El resto de los helicópteros repelieron el ataque, logrando rescatar a los sobrevivientes de la aeronave derribada. Como consecuencia de este criminal ataque,murieron ocho soldados miembros de la Fuerza Especial del Alto Mando, un cuerpo de élite del ejército mexicano, entrenado para realizar operaciones de alto riesgo y una agente perteneciente a la Policía Federal. El resto de los pasajeros de la aeronave resultaron con lesiones y se encuentran hospitalizados. Se sabe que el objetivo de este operativo militar, era la captura dellíderdel Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera Cervantes, alias el Mencho, quien ha sentado sus reales en los estados de Jalisco, Michoacán yColima, aunque se afirma que su presencia se da en nueve estados de la República,en donde controlan la producción y tráfico de metanfetaminas, principalmente. En sus orígenes, este grupo de narcotraficantes se le conoció como los Mata zetas, un brazo armado del Cártel de Sinaloa que entró en acción en 2010 precisamente para combatir a los Zetas en el estado de Jalisco. Como suele suceder entre estas organizaciones criminales, unos años más tarde, en 2013, cuando esta agrupación se sintió con la fuerza suficiente,buscó su autonomía ydiopor concluida su alianza con el cártel de Sinaloa. Y aunque al parecersubsiste un pacto de no agresión entre ambos grupos, la expansión creciente de Nueva Generación lo convierte en un competidor cada vez más peligroso, por lo que, tarde o temprano,es de suponer que ese pacto se verá rebasado. El encumbramiento de este cártel ha sido veloz. En cinco años, desalojaron a los Zetas del estado de Jalisco y los han arrinconado en Zacatecas y en parte de Nayarit; desplazaron a los otrora poderosos Caballeros Templarios, sus acérrimos enemigos, quitándoles el control del sur de Michoacán y, como se ha visto, no temen enfrentarse a las fuerzas armadas el gobierno, a quienes les han causado importantes bajas. Según declaraciones del Fiscal General de Jalisco, es posible que este grupo reciba capacitación militar de personal extranjero. Posee un poderoso armamento, lo cual ha demostrado en sus enfrentamientosy, a decir del ex Jefe de Operaciones Internacionales de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA), es el cartel que más rápido crece, por lo que podría llegar a ser “más poderoso que el cartel de Sinaloa y Los Zetas juntos”. Su capacidad de control y organización es notable. Así lo demostró en la reacción a la amenaza de detención de su líder, con 39 bloqueos de avenidas, 25 municipios afectados, 11 sucursales bancarias atacadas y varias gasolineras incendiadas en el estado de Jalisco. Acciones que también se replicaron en los estados de Colima, Guanajuato y Michoacán, todo en cuestión de pocas horas, lo que hace suponer que hubo una filtración del operativo. Ahora el Gobierno Federal ha dispuesto concentrar su fuerza para abatir a este grupo de delincuentes y va con todo contra ellos. Necesario y urgente; sin embargo, prevalece la duda si el enfrentamiento es el mejor camino, pues tras 8 años de combate al narcotráfico y a pesar de las importantes capturas de varios líderes de los cárteles, no se han logrado desmantelar las redes de narcotraficantes ni disminuir su comercio. El alto consumo entre la población de nuestro vecino del norte, no parece variar y seguimos con la fórmula en la que a México le toca poner los muertos y combatir a un alto costo económico y humano, lo que del otro lado de la frontera se distribuye sin límites ni detenciones, ni decomisos ni capturas. Sobre esto valdría la pena reflexionar, y analizar otras opciones como las que probablemente se aplican en otros lugares como en los EUA, en donde los capos y cárteles de las drogas no parecen existir,a pesar de ser el país de mayor consumo de drogas con más de 22 millones de consumidores y un mercado que muevemás de 150 mil millones de dólares al año, todo en santa paz. 14 de mayo de 2015 |
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