Periodismo con causa
En Huamantla también buscan a los 43
AYOT03 En Huamantla también buscan a los 43

En Huamantla también buscan a los 43

La vecindad Podcast

Memorias del Crimen

El padre del normalista huamantleco César Manuel González dejó Tlaxacala hace un año para mudarse a la normal “Raul Isidro Burgos” de Ayotzinapa para ayudar en la búsqueda de los estudiantes >> HUAMANTLA Lucía PÉREZ Corresponsal Las clases siguen sus­pendidas y las aulas de la escuela de la normal rural “Raúl Isidro Bur­gos” de Ayotzinapa, Guerrero, funcionan como dormitorios para los familiares de los 43 estudiantes que desde el 26 de septiembre del 2014 están des­aparecidos, a un año de ello no hay justicia, no hay respuestas y hay más preguntas. Han sido 365 días de angustia, tal como lo declaró Mario César González Contreras, padre de César Manuel González Fernán­dez, uno de los 43 estudiantes de-saparecidos originario del munici­pio de Huamantla, Tlaxcala, quien salió de casa para cumplir uno de sus sueños: ser maestro. En entrevista, don Mario expli­ca el viacrucis que inició desde el pasado sábado 27 de septiembre de 2014 cuando salió de su casa en Huamantla donde dejó a sus dos hijas y a su esposa para buscar a César Manuel, a partir de enton­ces encabeza movilizaciones, mar­chas, plantones y recientemente ayunos, junto con los familiares de los otros 42 desparecidos, ese pro­ceso, asegura, lo ha agotado pero no lo ha vencido, “la lucha ahora está más firme que nunca”. Don Mario, junto con el resto de los familiares de los normalistas, protagonizó un ayuno de 43 horas. Los familiares de los d sapareci­dos se instalaron en una carpa en el Zócalo de la Ciudad de México, desde donde comentó a El Popular, diario imparcial de Pue­bla, que tiene fe en localizar a su hijo y llevarlo de regreso con sus hermanas y madre en Huamantla. Don Mario ansía de llegar y decir “aquí está, sano y salvo, aquí está y todos los sacrificios que hicimos como familia valieron la pena, aquí está y estamos juntos para seguir con nuestra vida como una fami­lia fuerte y unida”. Con una voz más firme que nunca, con esa tristeza reflejada en los ojos que también manifies­tan decisión y coraje, con la piel quemada por las largas horas de caminatas junto con sus compañe­ros de lucha para encontrar a sus hijos, y hasta con algunos kilogra­mos menos de peso, recuerda que su hijo deseaba ser maestro de pri­maria, como su hermana mayor, por eso el joven de 21 años deci­dió abandonar la carrera de Dere­cho para cursar al primer semestre en la normal de Ayotzinapa, pero el 26 de septiembre fueron trunca­dos sus sueños de manera abrupta. Un año fuera de casa Desde entonces, “dejé a esposa, hijas, familia y amigos en Hua­mantla para irme prácticamente a vivir a la escuela de mi hijo, ahí conoces que son diferentes cos­tumbres y raíces, es muy fuerte para mi esposa y para mí porque desde el 27 estamos viviendo en la escuela de Ayotzinapa buscando a nuestro hijo, pero eso no importa”. El patrimonio que había for­mado en casi 50 años de traba­jo como hojalatero lo ha usa­do para sacar adelante los gas­tos generados a un año de bús­queda de su hijo, además de la manutención de su familia. “La casa que se ha vendido, lo poco que había podido hacer en 50 años de vida lo he estado vendiendo, pero eso no importa estoy por una causa justa y creo que cualquier padre lo haría y estaría en la posición de noso­tros”, declaró don Mario. Dice que ha comprendido que en la vida lo más importante no son el dinero y los lujos, lo impor­tante es la familia y que estén jun­tos. Al vivir en la normal de Ayo­tzinapa aprendió a ser sencillo y a comer lo que se pueda. Mencionó que desde el 27 de septiembre de 2014 apenas ha visi­tado Huamantla en dos ocasiones, incluso se perdió la graduación de su hija como maestra de primaria. Este 2015 recordó el cumpleaños número 22 de César buscándolo, lo mismo al tocar puertas, que en reuniones y marchas en diversas partes del país para que el gobier­no federal haga algo y encuentre a los 43 muchachos. Una familia unida A un año de los acontecimientos en Iguala, don Mario agradece a un ser superior la familia fuerte, amorosa y unida que tiene, “Por­que ellos han visto por mí en las buenas y en las malas, de los ami­gos, de ellos ahora sólo me que­dan pocos porque hay algunos que sólo están ahí en las buenas y cuando hay dinero, pero en las malas es cuando se alejan y ten­go buenos amigos y sé quiénes son y me han ayudado, he tenido todo el apoyo incondicional tanto que le ayudaron a mi hija a sacar el año de la universidad y ahora mi hija ya se graduó”. Luego de la reunión con el pre­sidente de la República, Enrique Peña Nieto, el papá del normalis­ta humanatleco, sentenció que no esperan nada del gobierno, “siem­pre nos han tratado con la punta del pie” y esta vez no fue la excepción, pues el mandatario se mos­tró indiferente hacia el dolor de las madres y los padres de familia. “No esperamos nada del gobier­no siempre nos ha tratado con la punta del pie, todo lo que hemos logrado ha sido por la lucha con la gente y con las organizaciones que se han unido a los 43 normalistas”. A un año de la desgracia, don Mario agradeció el apoyo que le ha mostrado el pueblo tlaxcalte­ca, aunque refirió que en Tlaxca­la al inicio privaba la indiferencia sobre el tema, pero conforme se generalizó la información crecie­ron la conciencia y el apoyo. Recordó que en Huamantla las marchas eran de apenas 15 personas, y ahora la convocato­ria es más amplia, esas muestras de interés de sus paisanos, ase­guró, son estimulantes y lo lle­van a seguir adelante en su bús­queda para regresar con su hijo a su hogar con los suyos.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de El Popular, periodismo con causa.