VERSIONES

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Redacción


Abril 19, 2016
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN

Uno de los procesos electorales que mayor atención merece y por ende se llena de rumores, versiones, realidades y fantasías, es el de Veracruz, donde cada observador o participante aporta lo suyo.

Es cierto que Veracruz es por mucho el estado que merece más atención, por razones diversas que van desde su presupuesto, la reserva de votos que significa y que los priistas jamás han perdido una elección estatal, desde hace 87 años.

La situación para el tricolor y su candidato (Héctor Yunes Landa) no es la óptima, ya que la entidad se encuentra sumida en el descrédito de un mal gobierno, con las finanzas públicas comprometidas y la inseguridad a flor de piel.

Sin embargo, para el candidato del PAN (Miguel Ángel Yunes Linares) el panorama no es más halagüeño, ya que por todos lados se torpedea su campaña, filtrando información sobre su exagerada riqueza, los negocios de uno de sus hijos o su virulencia como autoridad.

A ellos se añaden los comentarios que suscita la gestión gubernamental de Javier Duarte de Ochoa, corregida y amentada por sus defensores, detractores y críticos, los que no son pocos.

Ese coctel provoca el morbo y la curiosidad entre los que siguen de cerca el estado de ánimo de los veracruzanos, sean o no participantes del proceso electoral.

Claro que las versiones que circulan aumentan el morbo sobre el eventual resultado de los comicios del cinco de junio.

Entre más se complica la situación veracruzana más se acumulan las historias.

La más reciente hace saber que los priistas ya dejaron sólo a su candidato a gobernador, porque consideran imposible remontar la ventaja que les lleva el abanderado de la alianza PAN-PRD.

Otro más tiene que ver con el cuento de Pedro y el Lobo, donde a gusto de quien lo difunde, el gobernador, Javier Duarte de Ochoa, será removido del cargo.

Una más señala que el arribo de Alberto Silva Ramos a la coordinación de Comunicación Social del gobierno estatal, tiene como propósito prepararlo para ser el relevo de Duarte de Ochoa por el tiempo restante de su gobierno.

Hay otra que atañe al secretario de Gobernación y su cercanía con el candidato de la alianza PAN-PRD, Yunes Linares, al que, presuntamente ayuda en perjuicio de Yunes Landa (luego contaremos la historia del compacto grupo de priistas de la LIX legislatura que mantuvo su lealtad a EEGM).

No falta la que señala los juegos perversos que buscan la pérdida de Veracruz para el PRI, para frenar los ímpetus presidenciales de Manlio Fabio Beltrones. Esta versión se extiende a que los priistas perderán la mitad de los estados en disputa para hundir al dirigente nacional priista.

Otras de estas versiones circulantes van enfocadas a que el gobernador Javier Duarte de Ochoa negoció con Yunes Linares, para ayudarlo en su triunfo, a cambio de entregarle dos o tres peces medianos de la actual administración. Dicha versión precisa que el adversario real de Yunes Linares es Fidel Herrera Beltrán y no Duarte de Ochoa, por lo que pudieron llegar a un entendimiento.

También existe la versión de que él mismo Duarte de Ochoa pactó con Yunes Landa (han mantenido enfrentamientos verbales) para respaldarlo, con la promesa de que no ejecutará acción legal en su contra, a cambio de entregarle dos o tres de los miembros del gobierno actual cuyos abusos son demasiado obvios.

Las historias se acumulan y más cuando del gobernador se trata, del que dicen que pactó con Andrés Manuel López Obrador, para que ninguno de los Yunes sea el ganador y si el candidato de MORENA, Cuitláhuac García Jiménez, quien ha crecido de manera sorprendente en las encuestas, pero que está lejano todavía de los abanderados del PRI y del PAN. Se ha llegado al extremo de asegurar que AMLO y Duarte de Ochoa se caen bien y hasta se han reunido en un par de ocasiones

Una más que se adjudica al gobierno del estado es de que desde esas instancias se manejan los recursos y apoyos, de toda clase para los expanistas y hoy candidatos de partidos y hasta independientes.

Juan Bueno Torio, independiente; Alba Leonila Méndez, PT y Víctor Alejandro (Pipo) Vázquez, del PES, renunciaron a su militancia blanquiazul para enfrentar, directamente, a Miguel Ángel Yunes Linares y restarle el suficiente número de votos para que no gane el gobierno veracruzano.

Y entre historias, algunas verdaderas, otras demasiado fantasiosas, discurre la campaña en pos del gobierno veracruzano, las que por cierto no logran atraer al conglomerado de ciudadanos que forman parte del tercer padrón electoral más grande del país, después del Estado de México y Distrito Federal.

Por lo pronto, ya ocurrió el primer debate entre los candidatos, donde lo notorio fue la ausencia del candidato de MORENA, Cuitláhuac García Jiménez, quien no confirmó ni su ausencia, ni su asistencia, simplemente no mostró interés en el evento, tal y como sucedió con Andrés Manuel López Obrador en 2006, cuando evitó el primer debate, ya que eran demasiados los participantes y esperó al segundo, reducido a los punteros de la carrera presidencial.

El debate como se esperaba se centró en los primos hermanos, los que se dieron con todo y lanzaron acusaciones mutuas, sin lograr propuestas viables.

Eso sí, Miguel Ángel arremetió contra el gobernador Duarte de Ochoa, mientras que Héctor fue un poco más laxo.

AMENAZAS

Como si fuesen pocos los problemas que enfrenta el PRI en Veracruz, uno de sus candidatos a diputado local, Basilio Camerino Picazo amenazó “levantar” a la reportera María Elena Ferral, del Diario de Xalapa.

Picazo está considerado como uno de los candidatos más cuestionados del PRI, con negro historial, pero cuenta con la protección del diputado federal Jorge Carvallo Delfín.

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