Carlos Gómez El nerviosismo ya se apoderó del actual proceso electoral y las acciones intimidatorias, el espionaje, las denuncias penales, las crisis internas en los equipos de campaña, el regateo del dinero, las traiciones y todo apunta a un cierre complicado y en el peor del escenario violento. El robo de llantas y destrozos a los automóviles de los periodistas Alejandro Mondragón y Rodolfo Ruiz, respectivamente, en sus propias casas es un hecho que no puede pasar desapercibido. Los operativos en días pasados para detener unidades con propaganda de la candidata del PRI, Blanca Alcalá. El asesinato de un integrante de la campaña del PRD en el municipio de Cuetzalan. La revelación del espionaje por parte del gobierno del estado hacia las candidatas del PRI, Blanca Alcalá, y del PRD, Roxana Luna, además de otros actores locales. La demanda del PRI contra el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, debido a que lo acusan de ser el autor material e intelectual de ese espionaje, junto con el diputado federal Eukid Castañón. Del otro están los videos del uso de los programas de las Foto Multas y Prospera para apoyar presuntamente a Tony Gali y Blanca Alcalá. Y las demandas correspondientes. Otro síntoma de la tensión es el enfrentamiento público entre Nancy de la Sierra contra Iván Galindo. La primera dijo en tono de broma que “odiaba” a los habitantes de Teziutlán porque no ganó en el pasado proceso electoral. El regidor del PRI, Iván Galindo, asumió el tema como una alta traición al PRI y encabezó una crítica pública hacia la esposa del alcalde de Cholula, José Juan Espinosa. Y la llamada de Nancy de la Sierra para amenazar al regidor es otro síntoma de la descomposición de la confianza que prevalece en el PRI. La falta de liderazgo en la campaña se volvió a notar. Era tarea de Blanca Alcalá, de Jorge Estefan Chidiac o de Alejandro Armenta calmar la pelea entre los priistas pero no pudieron. La máxima tensión se reflejó una vez más en el equipo priista. No hay voz de mando. No hay orden. La pelea entre los priistas enrarece más el ambiente entre los priistas. Esos son los síntomas del nerviosismo. Un dato más. Las encuestas siempre engañan y por eso el equipo de Tony Gali está más que concentrado para que no haya errores. Ayer equivocadamente se informó que el candidato estaría en la Junta Auxiliar de La Resurrección y se armaría una protesta. Eso no sucederá. Tony Gali tiene el reto de conservar la ventaja de las encuestas y hacer una operación política impecable. Sin embargo, llegó la etapa del nerviosismo y el que se equivoqué puede perder. @gomezcarlos79 |
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