Experiencias Chinas para el Desarrollo de las Comunidades Poblanas

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Alberto JIMÉNEZ MERINO


Agosto 15, 2016

Durante un recorrido de casi cuatro horas en la Feria Mundial del Bambú realizada en Hang Shu, cerca de Shangai, en China, y con motivo del 10º Aniversario de la Red Mundial del Bambú y el Ratán (INBAR) constituida hoy por 38 países de todo el mundo, pude observar más de 3 mil productos de estos materiales que exponían 300 empresas. Es importante señalar que más de mil millones de personas viven hoy en día en casas de bambú alrededor del mundo.

China es un país con más de mil 200 millones de personas y cuenta con más de 6.5 millones de hectáreas naturales de bambú. Así como acá en México vemos pinos, selvas bajas o pastizales, en Asia, la superficie cubierta con el pasto árbol es dos veces el territorio del estado de Puebla.

La Red Mundial del Bambú y el Ratán es una organización no gubernamental que incluye a 38 países y posibilita el intercambio tecnológico para el desarrollo de estas plantas que genera opciones contra la pobreza, la erosión del suelo, la pérdida del agua y el cambio climático.

Por su rápido crecimiento, el bambú es la especie que forma bosques productivos en sólo dos años. A esta edad sirve ya para obtener palillos chinos, palillos de dientes, palillos para brochetas de restaurantes, palos de paletas, celulosa para papel o abate lenguas para los servicios de salud.

En solo 5 años proporciona postes para construcción o sus derivados como esterilla consistente en varas rajadas con hacha y reglillas producto de dividir la vara y pulir las fracciones para luego pegarlas a presión y hacer vigas de diversos tamaños o laminados para pisos y paredes. Los bosques tradicionales de pino o encino y aún los de maderas preciosas tardan entre 15 y 50 años para madurar.

En esa misma viaje, visitamos en Huang Shu impresionantes bosques de bambú. En esa zona no hay más vegetación que esta planta. Allí se filmaron las películas El tigre y el dragón y La noche de los cuchillos largos.

Por su parte, en Angi, una ciudad muy similar en tamaño a Atlixco, existen más de 200 empresas de la industria del bambú. Es muy común ver por las calles camiones de carga con esta materia prima que se utiliza para carbón, persianas, tapetes, ropa, pisos, almohadas, muebles, artesanías, vigas, papel, cerveza, bebidas, perfumes, aparatos auditivos, cubiertas de teléfono y de computadora, cartón artesanal y más. Cabe señalar que existe una variedad que produce un brote comestible similar al palmito.

En varias comunidades se dedican a la cestería y los tapetes de este material. En estos lugares al inicio de la semana les reparten a las familias, en rutas, manojos de varas muy delgadas para confeccionar productos que, al final de la semana, se recogen y pagan. Los desperdicios de las fábricas se convierten en papel. Se muelen con la ayuda de una rueda de piedra movida circularmente por un búfalo de agua y su polvo es echado a una tina con líquidos de donde se obtiene papel artesanal; en Puebla, mujeres de Hueytamalco actualmente elaboran más de 20 productos diversos de papel de bambú desde el 2009.

También en Huang Shu tuve la oportunidad de firmar como titular de la Secretaría de Desarrollo Rural de Puebla un Convenio de Cooperación técnica con el Instituto Chino del Bambú, lo que permitió capacitar a algunos jóvenes poblanos. Así, la enseñanza obtenida en esa época es la que aplican quienes hoy elabora en Puebla la cerveza artesanal de bambú "Bambusa", originaria de San Pedro Cholula.

No omito decir que también tuve la oportunidad de conocer la presa más grande del mundo en Hubei, sobre el río Amarillo. Llamada presa de las Tres Gargantas, es una cortina de 2 mil 500 metros de largo y 185 metros de altura. Más de 250 centros de población con un millón 200 mil chinos se desplazaron de un vaso que almacena 39 veces el volumen de nuestra Presa Valsequillo.

Conocí el bambú en el año 2000 cuando visité con Aurelio Fernández, director de La Jornada de Oriente, la Colonia Morelos en Tenampulco, Puebla, después de las lluvias torrenciales de 1999. Allí se perdió la zona de cultivo y el río Apulco se desbordó y se llevó también medio zócalo. Esa fue la causa por la que se estableció la primera barrera de bambú de 2 km en la zona, para protección de una comunidad ribereña en Puebla y México

En el 2002 en mi responsabilidad como Presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en Puebla, abordamos dos autobuses y nos fuimos a Huatusco, Veracruz, a conocer lo que Rafael Guillaumin (QEPD) estaba haciendo en Bambuver. Más de 80 líderes poblanos conocieron las bondades del bambú y las posibilidades de cultivarlo en Puebla.

Durante mi primera campaña como Diputado Federal por el distrito de Acatlán, en el 2003, entregamos más de 3 mil plantas a campesinos. Hace más de 5 años que las varas de bambú se venden en el mercado de los martes en Moralillo, Tepexi de Rodríguez.

Muchas cosas aprendimos en China. Vi las anguilas y los langostinos que se crían en estanques. Ví como se comercializan los alacranes para incorporarlos a la comida y fortalecer los nervios. Conocí campos de Té verde y la siembra de arroz en campos anegados.

Por todas estas experiencias afirmó que el bambú es una gran opción para el desarrollo de México y Puebla. Volkswagen de México lleva a cabo una plantación de 350 hectáreas en Hueytamalco. Lamentablemente aún no se ha podido ingresar como país al acuerdo de creación de la Red Internacional del Bambú y el Ratán. Ni los gobiernos panistas ni hoy los priistas han tenido la sensibilidad para hacerlo.

@jimenezmerino

* Director del Centro Internacional de Seguridad Alimentaria

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