El hermoso amor no correspondido de Juan Gabriel

  • URL copiada al portapapeles

Diana Gómez


Septiembre 04, 2016

"Mi papá decía que si el mundo era una estación de trenes y la gente los pasajeros, los poetas no son lo que van y vienen, sino los que se quedan en la estación viendo los trenes partir. Por eso lloraba mi papá cada vez que escuchaba tu voz rota. Porque tú eres de los que ve los trenes partir."

Ese es uno de los diálogos que se escuchan en la película mexicana Güeros de 2014, justo cuando un par de hermanos y amigos encuentran a Don Epigmenio, un personaje musical importante en todo el rodaje rosa, que más bien nos sabe a un filme adolescente, en el que el amor no correspondido es el que predomina.

En esa escena pasa el cliché más grande del universo mexicano, el cual es acompañado de una secuencia de cámara básica y una melodía. Paremos en ello, en la música. Suena una canción en el momento preciso, que emociona y convierte a la escena en algo épico: "Hasta que te conocí".

Yo no supe qué hacer cuando la escuché en el filme porque tenía una primera cita, de esas que no sabes si son de verdad o no. La historia de esa cita se alargó a casi más de un año, pero fue meramente un amor no correspondido, como la película y como Juan Gabriel, lo cual me lleva a abordar este tema.

A estas alturas, ¿qué no se ha dicho de Alberto Aguilera? En unos días, todos nos convertimos en los más aguerridos investigadores de su música, su lírica, sus instrumentos y su curiosa vida. Porque sí, a una mayoría de mexicanos nos hablaron por teléfono para darnos la noticia.

Sería inútil abordar en este espacio lo que aportó en la música y en un México homofóbico, así como su paso en la política y la forma en que Televisa lo utilizó; así que nos centraremos en un sentimiento escabroso que resaltó muy bien Juan Gabriel, ese que nunca queremos aceptar positivamente: el del amor no correspondido.

En todas las telenovelas mexicanas hay un final feliz en el que los protagonistas se aman hasta su muerte, y el contraste con este compositor fue el de cantarnos nudos que todos sentimos, pero que son políticamente incorrectos de acuerdo a nuestra cultura sentimental. La expresión de estas escamas fue quizá el mejor vehículo que pudo tomar Juan Gabriel, porque abordó lugares comunes y palabras fáciles pero los sentimientos eran los más difíciles de añadir en su música.

En 1985, Juan Gabriel escribió "Hasta que te conocí" y México estaba en su punto rosa, en un momento musical que se basaba únicamente en lo que decía un canal de televisión y un conductor. Juan Gabriel hablaba de infidelidades y de soledad, ese último término que para la sociedad es el mismo diablo.

Yo nací tres años después, y siempre escuché a Juan Gabriel en el auto de mi papá cuando hacíamos viajes largos por la república. Y la verdad es que odiaba esas canciones, hasta que un día me las aprendí, después las entendí y comencé a llevar a ese sujeto que cantaba emocionado como uno de mis autores favoritos.

Cuando comencé a entender mejor su música, me di cuenta que nunca era correspondido, que siempre sufría dentro de sus letras pero que también gozaba porque era una figura solitaria y con los sentimientos totalmente claros para salir a decirle al mundo que seguía buscando el amor.

Me pareció entonces, que era un autor que se hacía responsable de sus demonios, desde los más puros hasta los más sucios. ¿Un revolucionario sentimental? Probablemente, porque lejos de su homosexualidad, le cantaba a aquellos que no se habían casado, a los antagónicos, los que habían sufrido y no tenían el final de telenovela, pero también le cantaba a mis padres, quienes tienen probablemente el matrimonio más sólido que conozco.

Escuchar a Juan Gabriel en Güeros a mis 25 años fue darme cuenta de que siempre será un soundtrack sincero, que aborda el amor con todas sus pericias y debilidades, tan alejado de los matrimonios ochenteros y de las familias mexicanas perfectas; realmente me di cuenta que Juan Gabriel le cantó a mi generación, esa que no quiere compromisos, que más bien busca el verdadero amor o tal vez la soledad.

Dos años después de ver en el cine ese filme y de escuchar a Aguilera en un hermoso cliché, sostengo que le seguirá cantando a personas que han tomado el lado más difícil del amor, el que involucra tomar maletas y continuar acariciando esos malos sentimientos para simplemente conocernos más. A mí Juan Gabriel, me deja una de las lecciones más hermosas, la de amar sin esperar nada a cambio

 

@dianaegomez
*Licenciada en periodismo e involucrada en la música y la cultura.
  • URL copiada al portapapeles