¿Y Enrique Doger para dónde va?
Enrique Doger Guerrero juega, inteligentemente, en dos pistas.
Públicamente, como ayer en su informe, se muestra como un priista consumado y listo para aparecer en las boletas electorales del 2018. Sin embargo, tras bambalinas, tiene encendida una veladora para que AMLO le abra las puertas de Morena para buscar la Presidencia Municipal o la gubernatura de Puebla en el 2018.
En medio de la pelea por los despojos del PRI en Puebla, Doger se mantiene cauto, callado y hasta conciliador.
No se pelea ni con su sombra.
Hasta parece otro.
Pero no es así.
Enrique Doger Guerrero sabe que no se puede dar el lujo de desgastarse antes de tiempo, antes de saber si Andrés Manuel López Obrador le abrirá la puerta de Morena.
Los pensamientos del delegado del IMSS no están precisamente ubicados en el PRI y de cómo salvar a este moribundo.
El delegado sabe leer los tiempos y el PRI, para él, está en una segunda opción.
Hay una serie de factores que tampoco le permiten alzar la mano en estos momentos para que Andrés Manuel López Obrador lo voltee a ver.
La principal razón es que no quiere hacer el ridículo de Javier López Zavala de inventarse historias de acercamientos e invitaciones con AMLO en Veracruz, cuando en realidad el llamado Peje ni siquiera sabía quién era Zavala cuando le firmó un libro en una gira que hizo por el vecino estado.
Y tampoco se va arriesgar a que le cierren la puerta en la cara como ocurrió con el diputado federal del PRI, Alejandro Armenta Mier.
Las amenazas de Armenta Mier de abandonar al PRI y transitar por la vía libre o bajo el cobijo de Morena no prosperaron.
Esos dos fracasos los analizó muy seriamente Enrique Doger para evitar repetirlos.
Morena aún no es algo seguro para Doger y por eso no se mueve de más.
Tiene la mano levantada para que AMLO lo voltee a ver, pero eso aún no ocurre.
Por eso sigue en el PRI, callado pero atento a los tiempos.
El mejor escenario para Enrique Doger se llama Morena y el peor es el PRI.
No tiene más opciones.
