Analfabetismo funcional
Hace unos años me encontré frente a un texto que me llamó la atención, era un texto escrito por una alumna de la carrera de Pedagogía de una pequeña institución de educación superior de Puebla. Me llamó la atención por un motivo, aunque estaba escrito en español y había palabras que hacían referencia a la educación, no podía comprender de qué se trataba.
Leí el texto a un compañero y ambos estuvimos de acuerdo, no decía nada. Era como si las palabras se hubiesen puesto al azar, pero sin sentido alguno. Este no fue un hecho aislado, en varias ocasiones me he encontrado con textos que no expresan claramente la idea, es difícil comprenderlos, ya que tienen un gran número de faltas de ortografía.
Encontramos las faltas de ortografía en cualquier parte: en el periódico, en menús, en carteles que están a la vista de todos, inclusive en libros de texto. Roland Barthes declaraba a finales del siglo pasado que, a pesar de la influencia que tiene la imagen, "la nuestra es más que nunca, una civilización de la escritura", hoy nos damos cuenta que el lenguaje escrito es deficiente.
¿Qué es lo que está deteriorando el lenguaje escrito? ¿Está afectando a nuestros niños y jóvenes la relación cotidiana con la tecnología? ¿Estamos siendo más permisivos con el uso deficiente del lenguaje?
Partamos de que el lenguaje hablado es más simple para el aprendiz porque, cuando comienza a aprender a escribir, lleva 6 u 8 años estructurando el pensamiento a través de la palabra enunciada. Hablamos para comunicarnos con alguien más, para expresar una necesidad con el fin de satisfacerla, para entendernos. Cuando hablo hay alguien frente a mí para escucharme.
El lenguaje escrito es más complejo, "las motivaciones para la escritura son más abstractas, más intelectualizadas, y están más distantes de las necesidades inmediatas" (Vygotsky), requiero realizar un procesamiento mayor de la información cuando escribo que cuando hablo. Además, tengo que sentir la necesidad de plasmar una idea por escrito para motivarme para hacerlo, porque escribo para una persona que no está presente.
En un artículo presentado por la UNESCO en junio de 2010 nos decía que se ha avanzado en relación al acceso a la escuela, pero la calidad de la educación no ha mejorado a la par. "Millones de niños salen de las escuelas sin haber adquirido las competencias y habilidades básicas, como la lectura, la escritura y el cálculo." Hoy hablamos de "analfabetismo funcional", el de personas que saben leer y escribir, pero no pueden comprender bien lo que leen y tienen una escritura muy deficiente.
Los programas educativos son extensos, es enorme la cantidad de información que tienen que aprender los estudiantes, además de adquirir competencias que requieren para vivir en un mundo globalizado, tecnológico, cambiante.
Internet se ha convertido en una herramienta de comunicación poderosa que nos permite la participación social de manera rápida, efectiva, de alcance profundo. Hoy creas un texto y mañana tienes un sinfín de lectores, puedes opinar sobre temas relevantes y carentes de importancia, puedes participar en distintos foros e investigar sobre temas insospechados.
Esto nos arroja una problemática: la veracidad y originalidad de la información. Si tú realizas una búsqueda de algún tema, te aparece el mismo texto, palabra por palabra, en distintas páginas sin que puedas identificar al autor original. La cultura de "copiar y pegar" un texto es cada vez más frecuente, pocos son los autores que se toman la tarea de crear textos.
¿Cómo ser autores si no sabemos de qué escribir?
A través de la lectura. Es prioritario fomentar la lectura en nuestro sistema educativo, generar estrategias para motivar el acercamiento de los niños al texto escrito, al placer de conocer mundos nuevos y maravillosos, al placer de explorar a otras personas y otras formas de pensamiento. Es importante acercarlos al cuento que nos hace pensar y pensarnos, y que nos hace cuestionar el mundo que nos rodea. Es a través de la lectura que lograremos alfabetizarnos.
