Miércoles 08 de Noviembre de 2017

Este martes que se conoció la noticia sobre el desistimiento de una queja presentada por la Auditoría Superior del Estado (ASE) en contra del juez federal Alfonso Ortiz López -que analiza el amparo promovido por el exalcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, para impedir su inhabilitación del servicio público y una sanción económica por 25.5 millones de pesos- hubo voces que se apresuraron a interpretar esa acción legal como un segundo guiño al político panista por parte del morenovallismo.

Incluso no faltó quien hasta especuló con la posible nominación de Eduardo Rivera a la alcaldía de Puebla o a una diputación federal, como abanderado del Frente Ciudadano por México.

La verdad es totalmente diferente.

La decisión del director Jurídico de la ASE, Homero Ancheita del Río, de retirar la queja que había presentado a principios de agosto en contra el Juez Tercero de Distrito está lejos, muy lejos de ser otro guiño a Eduardo Rivera.

En realidad, tal desistimiento obedece a que la ASE quiso evitar un descalabro jurídico de parte del Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Sexto Circuito que no sólo le iba a dar la razón al Juez Tercero de Distrito sino a multar al órgano fiscalizador por retrasar el informe de auditoría que éste le requirió.

La segunda razón del aparente guiño de la secretaria general del CDE del PAN, Martha Érika Alonso de Moreno Valle, a Eduardo Rivera abriéndole la posibilidad de ser nominado a un cargo de elección popular en los comicios de 2018 se la platico mañana.

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