Una de las mayores interrogantes de varios analistas políticos es la siguiente
Una de las mayores interrogantes de varios analistas políticos es la siguiente: ¿Por qué la aceptación del Presidente Andrés Manuel López Obrador ha aumentado en estos dos meses de gobierno si en el escenario nacional existen tantos expedientes abiertos? Hasta el momento, el Gobierno de México ha enfrentado por lo menos ocho momentos complicados: la cancelación de la construcción del nuevo aeropuerto de la CDMX y la negociación con los tenedores de bonos; el desabasto de gasolina en la capital del país y ocho estados por las acciones en contra del robo de combustible; la explosión en Tlahuelilpan, Hidalgo, que ha costado la vida de hasta el momento 125 personas; los bloqueos de la CNTE a las vías férreas en Michoacán; la huelga en las maquiladoras de Tamaulipas; las protestas por la disminución de recursos a las guarderías y la trágica muerte de la gobernadora de Puebla y del coordinador de los senadores del PAN. Para cualquier otro gobierno anterior y con los parámetros anteriores de medición, cualquiera de estos conflictos por sí solos hubiera representado una variable importante en los niveles de aceptación o de credibilidad gubernamental, pero en el caso del Presidente López Obrador han significado mayor apoyo social. Esta circunstancia no es un misterio y tiene varias explicaciones. Primero, está el desastre que en términos de seguridad, economía y corrupción significó el gobierno federal anterior y el rechazo social a esta situación; en segundo lugar, se encuentra la nula credibilidad de los detractores al Presidente López Obrador; sin embargo, lo más importante y que ha quedado en evidencia en estos dos meses de gobierno es que el apoyo expresado en las urnas se ha convertido en apoyo social a sus acciones. La legitimidad del Gobierno de México no únicamente se sustenta en el voto en las urnas, sino en una base social que quiere que las cosas cambien de verdad. Ahora la inmensa mayoría de la sociedad, 80 por ciento de acuerdo a las encuestas más recientes, tiene confianza en que el Presidente de la República lleve a cabo dichos cambios, que básicamente se ubican en tres ámbitos: combate a la corrupción, seguridad y bienestar para las familias. Respecto a las dos primeras se han dado pasos fundamentales. Se han vencido inercias perniciosas que hacían que la administración pública estuviera al servicio de un grupo que realizaba grandes negocios al amparo del poder, mientras que en materia de seguridad existe un plan integral para garantizar la seguridad y construir la paz que demanda el país. Sin duda, el rasgo distintivo de este gobierno tiene como objetivo principal avanzar en la justicia social. Esto se traduce en las políticas públicas de beneficio social más ambiciosas que ha tenido nuestro país. Apoyos directos a jóvenes, adultos mayores, personas con capacidades diferentes tendrán un gran impacto en la calidad de vida de millones de familias mexicanas y, al mismo tiempo, se pone fin al manejo corporativo y clientelar que en los gobiernos anteriores caracterizaron a los programas sociales. La ciudadanía votó por un cambio de régimen y dicho cambio está en marcha. @MBarbosaMx |
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