La mano femenina del voto al Verde

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Magaly HERRERA


Junio 06, 2019

Rosaura L es una mujer de aproximados 50 años que recoge periódico, cartón y pet en las calles de una de las colonias más antiguas de la ciudad de Puebla. También realiza otro tipo de trabajos que van desde aplicar inyecciones, subir dobladillos o tejer suéteres, actividades que le son necesarias para sobrellevar el día a día.

Ella, quien por sus múltiples oficios conoce la colonia de arriba a abajo, sabe de los problemas que aquejan a la zona: poco o nulo patrullaje, falta de luminarias y robo de autopartes, entre otros.

Es por eso que no dudó en aceptar una vez más, como lo ha hecho desde hace varias elecciones, cuando Javier N, uno de los diversos operadores políticos que pululan en las colonias de la ciudad, le pidió que en las elecciones extraordinarias le ayudara a "trabajar".

Así que lo ayudó a juntar credenciales de vecinos, a quienes previamente les dijo que de ganar "su" candidato apoyarían a la zona. También lo apoyó para formar y encabezar grupos de convencimiento de indecisos.

"¿Entonces apoyamos a los de siempre, al partido de AMLO, a los azules o a los de la otra vez, los del PT?", pregunta más que válida. Y digo que es válida porque bien sabemos que los colores de esta fauna del ejercicio democrático son pasajeros, que ellos no tienen otra bandera que no sea la de la oportunidad.

A Rosaura le dijeron que no iban con ninguno de ésos, que esta vez apoyarían al ahora gobernador electo pero no desde Morena. No, eso no. La movilización la haría impulsando, además del candidato al Partido Verde Ecologista. "¿Apoyar al Verde?", reviró. Le dijeron que sí, que eran las órdenes, que al final le iban a pagar como "organizadora política" y todos contentos.

Pero, ¿todos contentos?

De entrada le puedo decir que con los votos que el Verde sumó para esta elección, pues sí. El PVEM obtuvo nada más y nada menos que 128 mil 500 votos, equivalentes al 8.4 por ciento del total de los sufragios de la jornada del 2 de junio. Esta cifra fue tan significativa que sin ella la victoria de Miguel Barbosa habría sido complicadísima.

En hechos fríos, el PVEM se convirtió, al menos en estas elecciones, en el alma de la coalición Juntos Haremos Historia que obtuvo, de acuerdo con el PREP, 682 mil 245 votos totales.

Pero hay alguien que brinca de la emoción, colgándose una medallita que no le corresponde. ¿Quién? Juan Pablo Kuri Carballo, actual dirigente estatal del Partido Verde Ecologista. Tanta es su emoción que ya se le anda acercando a Barbosa para presumir –y facturar, por supuesto- el resultado de esa "operación quirúrgica".

Lo que nadie sabe es que este político de ADN morenovallista fue nombrado para dar mensajes, asistir a reuniones y hacer las veces de ornato. Entonces, ¿si no fue él, quién operó? La respuesta es Sylvia Argüello. Esta joven política logró aprender más de sus derrotas que de las victorias que le precedieron, y si algo tuvo clarísimo es la ruta para definir a dónde ir por los votos.

Argüello se encargó de coordinar la operación en tierra juntando a los líderes vecinales, alcaldes, comerciantes y un sinfín de aliados para que sumaran votos del Verde a Barbosa. Y lo consiguió.

Quizá Juan Pablo Kuri no lo sabe, pero los resultados del Verde no tuvieron que ver con que él apareciera en las fotografías de los diarios. Silvia Argüello se reunió con quien debía hacerlo para sumar a más operadores, como nuestra buena Rosaura. Tuvo el tacto para saber a quién llamar, qué decir y cómo ofrecer una promesa.

Si alguien sabe de votos más que de partidos -porque se ha postulado para varios cargos de elección popular y también los ha perdido- es Silvia.

Y como esto no es ficción, sino estadística, pregunte usted en las regiones donde más votos verdes cosecharon, a quién vieron gastar la suela.

*Directora editorial de El Popular, diario imparcial de Puebla

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