POR LAURA SERRANO-CONDE

El gobierno italiano necesita 30 mil millones de euros para aprobar unos Presupuestos Generales para 2020 que fomenten el crecimiento en una economía estancada, y su intención es encontrarlos a través de la lucha a la evasión fiscal y la revisión del gasto, pero también con la flexibilidad de Bruselas.

El Ejecutivo que dirige Giuseppe Conte calcula que el crecimiento será del 0.6 por ciento para 2020, el déficit del 2.2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y la deuda del 135.2 por ciento, y con estos objetivos trabaja para elaborar este plan presupuestario que enviará a la Comisión Europea (CE) antes del 15 de octubre.

La coalición entre el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la centroizquierda —en la que se encuentran el Partido Demócrata (PD) y el nuevo grupo del exprimer ministro Matteo Renzi, Italia Viva— diseña unas políticas que “relancen el crecimiento, garanticen el equilibrio de las cuentas públicas y la participación proactiva en el proyecto europeo”, se lee en la explicación que acompaña el cuadro macroeconómico publicado por el Ministerio de Economía.

Italia busca una relación fructífera con la Comisión y que ésta le permita tener un déficit en el 2.2 por ciento, una décima superior a la pronosticada por el anterior Ejecutivo del M5S y la Liga en abril, a pesar de las peticiones constantes de Bruselas para que Roma reduzca su déficit estructural.

El economista Giuseppe di Taranto explica en declaraciones a Efe que Roma quiere obtener la mitad de estos 30 mil millones de euros gracias a la benevolencia de Bruselas.

“El gobierno dice que va a obtener 14 mil millones con el déficit al 2.2 por ciento, que habrá que ver si Bruselas lo aprueba; otros 7 mil millones procederán de la lucha contra la evasión fiscal, 6 mil millones de un descenso de la prima de riesgo y otros 3 mil millones del recorte del gasto público,” indica.

Es decir, dos tercios de los recursos necesarios dependerán de factores externos, como la flexibilidad contemplada en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento Europeo, y la confianza de los inversores para que la prima de riesgo no se dispare e Italia pague más por colocar su deuda.

El M5S y sus socios han prometido no subir el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) a partir del 1 de enero, para lo que necesitan 23 mil millones de euros, y también a rebajar la presión fiscal y a reactivar la inversión pública.

Según los números que maneja el ministro de Economía, Roberto Gualtieri, en este cuadro macroeconómico —que en Italia se llama Documento de Economía y Finanzas (DEF)— una mayor acción contra la evasión fiscal generaría unos ingresos para el Estado equivalentes al 0.4 por ciento del PIB.

El Ejecutivo también estudia ventajas fiscales para quienes paguen con tarjetas de crédito, pero no ha dado detalles. Habla de la posibilidad de que se incremente el IVA a quienes paguen con dinero en efectivo, mientras que quienes utilicen el electrónico puedan descontarlo en caja o desgravarlo más adelante en la declaración de la renta, menciona Di Taranto.

En Italia hay un IVA del 4 por ciento para los bienes de primera necesidad, uno del 10 por ciento para los bienes y servicios turísticos y algunos bienes alimenticios, y un tercero para los demás productos y servicios del 22 por ciento.

La hipótesis de la que habla Di Taranto supondría, por ejemplo, que la factura para las personas que paguen con efectivo tuviera un IVA de un punto o dos superior al 10 por ciento actual, y habría dos opciones para los que lo hagan con tarjeta, o que paguen un IVA inferior en caja, o que abonen un IVA establecido para todos los clientes y que se les desgrave una parte más adelante.

Italia también quiere aliviar la carga impositiva a las familias, para que los asalariados tengan un mayor sueldo neto y consuman más; y a las empresas, para que contraten y se corrija a la baja la tasa de paro, que se sitúa en el 9.5 por ciento.

Menos impuestos, en principio, supondría menos entradas de fondos a las arcas estatales, por lo que el gobierno busca otras vías como la propuesta por el nuevo ministro de Sanidad, Roberto Speranza, de incrementar el copago sanitario a las rentas más altas.

En Italia los costos por asistencia médica son iguales para todas las rentas, y el ministro sugiere que sean mayores en función del tipo de servicio médico y de los ingresos familiares.

* Analista internacional