Cuando se elabora el FODA, es necesario reconocer la interacción:

• de los factores internos y externos, y

• de los aspectos positivos y negativos

de aquello sobre lo cual se está aplicando esta herramienta de análisis y diagnóstico.

En cierto sentido, el FODA se convierte así también en una mezcla de análisis de factores objetivos y subjetivos en relación con ese objeto de estudio.

Decir que algo es interno o externo en relación con ese objeto de estudio, es una tarea que puede asociarse más con algo que puede ser verificable u observable. En cambio, decir que algo es positivo o negativo, depende plenamente de un juicio o una valoración de lo que se estudia por parte de aquellos que intervienen en el proceso de análisis.

Por ejemplo, decir que un equipo muy especializado en un tema específico es una fortaleza, puede también ser observado por otros como una debilidad, si se considera que la especialidad pueda dejar de tener relevancia en el corto, mediano o largo plazo. Y esto puede pasar desapercibido para aquellos que puedan dormirse en sus laureles, y sólo vean el éxito actual e ignoran cualquier aspecto que pueda afectarle o amenazarlo.

Es posible que este sesgo exista en un análisis FODA. Y de hecho persiste la subjetividad aun observando el doble carácter de ese aspecto en relación con su carácter positivo y negativo.

Ahora bien, vale analizar cada uno de los componentes de esta herramienta. Empecemos por las fortalezas.

Las fortalezas son las características y capacidades internas que posee la organización, el área, el departamento o el individuo y que le han permitido llegar al nivel actual de éxito y lo que eventualmente lo distingue de la competencia. Equivaldría a lo que algunos autores llaman “ventaja competitiva”.

Las fortalezas también distinguen de manera visible el estado actual de aquello que estemos analizando, considerando sus aspectos más destacados. Es también lo que los clientes, los socios, los aliados, los amigos o los proveedores pueden reconocer como “factor de éxito” en aquel ente o entidad que estemos estudiando.

Es imprescindible indicar que tal ente o entidad, sean éstos la organización, el área, el departamento, la sección o el individuo, así como la ciudad, la región, el estado o un país, según sea el caso, tiene control sobre tales fortalezas; cualquiera de ellos que sea ese ente o entidad, determina de manera directa tales fortalezas y es responsable de su mantenimiento, progresividad, desarrollo, evolución o hasta transformación.

Algunos ejemplos de fortalezas son:

• el posicionamiento en el mercado,

• la porción de mercado,

• la exclusividad de un producto,

• los recursos humanos leales y motivados,

• los salarios competitivos,

• el estilo gerencial exitoso o

• el proceso muy eficiente de producción, entre otros.

También pueden ser fortalezas las relaciones públicas, el trato, la habilidad de presentar ideas, la capacidad de sistematizar acciones, la capacidad de logro, la atención al cliente, la habilidad para satisfacer las necesidades de los clientes y la capacidad de obtener historias de éxito, entre muchas otras.

Una de las fortalezas más importantes en las grandes organizaciones radica en la capacidad de escuchar las necesidades de sus clientes, de poder reconocer cuáles son esas necesidades, de poder comprenderlas y diseñar con el cliente la forma en la que se crearán el o los satisfactores de esas necesidades.

Claro que esta fortaleza no está tan desarrollada en organizaciones que registran bastantes inconformidades, quejas o rechazos por parte de sus clientes. En estos últimos casos, tal ausencia de la habilidad de reconocer las necesidades de los clientes y convertirlas en levantamientos de requerimientos, y éstos en especificaciones técnicas por desarrollar, se convierten visiblemente en debilidades. ¿Te hace sentido?

Te propongo que hagas una lista con este tema: ¿cuáles son tus fortalezas?, ¿cuáles son las fortalezas de tu organización? O bien: ¿cuáles son las fortalezas de aquello que decidas analizar?

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