Miércoles 27 de Noviembre de 2019

Tuve la oportunidad de ser diputado federal en la LV Legislatura, del año 91 al 94. Iniciaba su segundo trienio como presidente de la República Carlos Salinas de Gortari, del Partido Revolucionario Institucional (PRI). En las tres discusiones para la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) que me tocó vivir, jamás se tomó en cuenta a la oposición, ni para el cabildeo con los secretarios de Estado para plantear necesidades en los estados de donde proveníamos los diputados; ni en la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara. Mucho menos en la etapa de reservas que el procedimiento parlamentario permitía para, no sólo presentar alternativas a lo presentado, sino también al restringir el uso de la tribuna como recurso parlamentario para denunciar o manifestar la inconformidad sobre el proyecto.

En esos tiempos, la oposición en bloque se manifestaba en contra de las formas utilizadas por el PRI.

Fue quizá hasta la discusión de los PEF 98-99 y 2000, cuando la oposición empezó a ser tomada en cuenta en algunos rubros, y se incorporaban propuestas de modificación para la integración del dictamen, y también se aceptaban algunas de las propuestas que se presentaban en tribuna por los legisladores de oposición.

En teoría, aceptadas por el grupo parlamentario que representaba al presidente de la República, pero en la realidad eran consultadas y aceptadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Es a partir de la integración del Presupuesto de Egresos para el ejercicio 2001, y yo creo que hasta el presupuesto del 2017, cuando dos partidos políticos, PAN y PRI, negociaron la integración de los presupuestos, con la férrea critica de el PRD en los primeros años y de los diputados de Morena en los años más cercanos.

Lo criticado en ese entonces era sobre dos cosas. Primero sobre el fondo; es decir, hacia dónde se destinaban los recursos y cómo se ejercía el gasto; y segundo, en la forma de sacar adelante el presupuesto presentado.

Se criticaba que durante los gobiernos del PRI y del PAN, sus legisladores conformaban la mayoría necesaria; es decir, la mitad mas uno, para aprobar el presupuesto, y se criticaba por la forma en que:

1) El proyecto presentado a la consideración de la Cámara de Diputados no había sido, o por lo menos platicado, con la oposición.

2) En el trabajo de comisiones, no se aceptaban propuestas de los legisladores de la oposición.

3) Los secretarios de Estado y el presidente de la Comisión de Presupuesto no tenían la sensibilidad para aceptar las propuestas que se les presentaban.

4) El dictamen no había sido elaborado en la Comisión de Presupuesto.

5) El dictamen había sido elaborado por la Secretaría de Hacienda.

6) El dictamen no había sido conocido con el tiempo suficiente por los legisladores.

7) El dictamen se aprobaba “en lo oscurito” y a altas horas de la noche, para que nadie se diera cuenta de su contenido.

8) Se utilizaba el reloj legislativo (término atribuido a la diputada Beatriz Paredes Rangel desde finales del 2001) para extenderse en la fecha límite que marca la Constitución en su artículo 74, para aprobar el presupuesto, decretando un receso y convocando a continuar con la sesión en un día distinto.

9) Se cambiaba de sede legislativa para concluir con los trabajos.

10) Se votaba a altas horas de la madrugada, para que prácticamente nadie se enterara de lo que se había votado.

Bueno, pues todo eso que antes era criticado por las diputadas y diputados de Morena, ahora es motivo de crítica por parte de legisladores de la oposición, especialmente, los del PAN, porque prácticamente todo lo criticado en el pasado fue puesto en marcha para sacar adelante el PEF 2020. Qué lástima que, al final, no se hayan presentado a la sesión en donde se votó.

Que no se espanten y quieran hacer creer que tienen la piel tan sensible los diputados de Morena, al ser criticados ahora por su actuación legislativa y la utilización de su mayoría parlamentaria.

 

* Politólogo y maestro en Negociación y Resolución de Conflictos por la Universidad Carlos III de Madrid, España