Como en el viejo Oeste estadounidense, los partidos políticos y aquellos que desean terminar con la Cuarta Transformación deberán colgar un letrero que diga SE BUSCA en el que retraten las características del candidato presidencial anhelado. 

Deberán aceptar el currículo y datos anexos de esos personajes que aspiran a convertirse en leyenda, tomar la estafeta y enfrentarse al candidato que se elija desde la 4T para competir por la presidencia de la república. 

Los ensayos deberán iniciar desde ya, pues solamente que se presente una hecatombe, los anti pejes podrían triunfar en las urnas. 

Como se aprecian las cosas a menos de tres años de los comicios presidenciales y con los ánimos desbordados, no se otea en el horizonte un personaje que pueda conjugar el coraje, la determinación, inteligencia, preparación, conocimiento, valor, simpatía y carisma que atraiga a los electores a que sufraguen. Tampoco se aprecia dentro de los partidos políticos una estrategia, militancia y conducción que haga resaltar dentro de los opositores a uno por encima de los otros. 

Es cierto que en México existen personajes que pueden reunir las características que se requieren para presentar una candidatura atractiva a los electores, pero también que muchos de ellos se encuentran al margen de la posibilidad de interesarse por la política o participar en unos comicios como candidatos. Los que pueden no quieren y los que quieren no pueden. 

La premura con la que se está tratando el tema de la sucesión presidencial dio margen para que asomen una serie de hombres y mujeres, considerados como aspirantes potenciales. 

Algunos de ellos han sido lanzados, otros han decidido hacerlo basados en sus propias percepciones, otros más sondean la posibilidad, aunque son pocos que se atreven a dar el paso. 

Dentro del primer grupo se encuentran los nombres que el propio presidente decidió encartar, en los que se mezclan miembros de su gabinete y otros colaboradores que se encuentran en el servicio exterior y hasta una gobernante. 

Claudia Sheinbaum Pardo , Jefa de Gobierno de la CDMX; Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores; Rocío Nahle, secretaria de Energía y Tatiana Clouthier, secretaria de Economía, además de Esteban Moctezuma, embajador en Estados Unidos y Juan Ramón de la Fuente, representante ante la ONU, son los nombres mencionados por el Ejecutivo federal. 

Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de MORENA; Gerardo Fernández Noroña, diputado federal y Ricardo Anaya, ex candidato presidencial del PAN, son personajes que se anotaron solos. 

En este mismo rubro se encuentran Enrique de la Madrid, ex secretario de Turismo. Margarita Zavala, diputada federal electa ha dicho en reiteradas ocasiones que mantiene vivo ese propósito. 

Existe otro grupo que no ha decidido nada, pero que algunos consideran como nombres a manejar entre los que se ubican los gobernadores panistas de Yucatán, Mauricio Vila y de Querétaro Francisco Domínguez. El mandatario estatal de Jalisco, el emecista, Enrique Alfaro. 

Otros que son tentados con dicha posibilidad son el empresario Carlos Slim (siempre se ha negado a ser considerado como aspirante), Gustavo de Hoyos (mantiene viva la llama), ex dirigente patronal, Lorenzo Córdoba, presidente del INE (muchos lo ven como el caballo negro), mientras unos más quieren revivir figuras del pasado como Diego Fernández de Cevallos. 

Claro que también conforme pase el tiempo se verá si alguno de los gobernadores entrantes o de los que siguen en funciones realiza tan buen labor que gane puntos y se sienta confortable para participar en la sucesión, sea por la vía de los partidos o por una candidatura independiente. 

Por lo pronto, en lo que la oposición se decide por un candidato propio, externo o proveniente de una alianza, continuará vigente el cartel de SE BUSCA, como en el lejano Oeste de finales del Siglo XIX. 

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Una víctima más del COVID19, dentro de las miles de muertes que ha causado este virus, fue la del ex gobernador de Guerrero, René Juárez Cisneros, quien falleció después de batallar por tres meses contra este mal. 

Juárez Cisneros era actualmente diputado federal y había presidido el PRI en su caída fatal de 2018 y coordinaba a los diputados de este partido en la LXIV legislatura. 

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