Tiempos violentos
Nuestra querida Puebla no está en paz.
Nuestra querida
Puebla no está en paz. Y no lo está, porque es evidente la ola de ejecuciones,
levantones, desapariciones y violencia criminal que se palpa, se respira en
diferentes zonas de la entidad.
Decapitados,
encobijados, feminicidios, violencia que está ahí para palpar el clima de
inestabilidad en la seguridad pública, resultado de los efectos colaterales que
se dan con la expansión y reacomodo de las organizaciones criminales.
Poco se aborda el
tema, quizá se deja en mención sin profundizar. Sin embargo, Puebla
no sólo alberga a los llamados cabecillas del huachicol, no claro que no.
Hoy podemos sentir
y palpar que son otros los signos de violencia que se viven no sólo en la
capital. Basta mirar hacia la zona de Tehuacán donde los secuestros y
desapariciones están a la orden del día.
En la sierra norte
de Puebla los asaltos a mano armada están muy bien documentados por los
habitantes de varios municipios.
En la mixteca las ejecuciones
están ahí como señal de la conexión con otros territorios.
Reitero, poca es la
información oficial que circula en torno a los grupos delincuenciales que han
sentado sus bases en puntos de nuestra entidad.
Bien valdría la
pena esperar que los hombres del gobernador como el Secretario de Seguridad
Pública, Rogelio López Maya y el mismísimo fiscal, Gilberto Higuera Bernal nos
permitieran conocer la radiografía delincuencial que tenemos en el estado.
Muchas son las
señales que desde hace tiempo indican que, “esta plaza” está en combate.
Ignorar la durísima
transformación de Puebla, sólo es evadir la realidad que se documenta
diariamente no sólo en los medios de comunicación, sino en la voz y el
testimonio ciudadano.
No es sólo señalar
la violencia como dato duro de la problemática social, es mirar todas las
vertientes que con ella nos conducen a otros caminos de la criminalidad. Narcomenudeo, trata
de personas, redes de secuestros y el surgimiento de esos minilaboratorios de
fentanilo, el nuevo oro maldito en el mundo de los estupefacientes.
¿Cuándo nos podrán
detallar las autoridades estatales en cuántas vecindades de esta Puebla capital
operan laboratorios clandestinos donde se “cocinan” los nuevos psitrópicos?
Esta realidad letal
de hoy, nos lleva a la amargura de mirar en nuestros días a la Puebla con sus
nuevos tiempos violentos.
@rubysoriano
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