Cubiertos por la nube del Covid-19
Alquimia de Poder
El caos nos alcanzó, fría y calculadoramente como los pronósticos menos alentadores lo advirtieron desde antes de las temporadas decembrinas. Hoy México refleja carencias no sólo gubernamentales, sino también de una sociedad fallida donde poco hemos aprendido del pasado reciente con las miles de pérdidas que casi todos en este país hemos tenido a causa del Covid. Frente a las cifras reportadas este fin de semana donde en un solo día se rebasaron los 30 mil contagios, se contabilizaron 300 mil 303 víctimas de Covid-19 en México. Desde el inicio de la pandemia, está más que claro que somos un símil de países africanos con un rezago mortal en medidas de prevención y protocolos sanitarios para frenar los contagios. El país vive las peores horas de los contagios masivos, donde si bien millones de personas están vacunadas, no existen garantías para descartar que repunte el número de decesos. El caos que en estos últimos días se ha visto en el Aeropuerto de la Ciudad de México superó todos los protocolos de prevención y sanidad que debieron aplicarse desde hace meses. Desde los puntales del Gobierno de México la pandemia se ha politizado de acuerdo al humor y conveniencia de los mandatarios políticos liderados por el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Es verdad que la economía no podría soportar una cuarentena más, pues el desempleo, la inflación y el crecimiento de la pobreza han sido letales en estos dos últimos años. Sin embargo, el discurso del mandatario federal, minimizando las medidas de prevención resulta grotesco. El Presidente AMLO arengó en distintos momentos a abrir los espacios, al regreso de los niños a las escuelas, sin autorizar la vacuna para todos ellos, se dio luz verde a las concentraciones masivas para los festejos políticos de su mandato y festivales de su hija predilecta Claudia Sheinbaun en la plancha del zócalo capitalino. En tanto, México abrió sus puertas de par en par sin medidas sanitarias de revisión y mostrando al mundo que aquí “no pasa nada”. La muestra más grotesca de ello se dio en el Aeropuerto donde quienes llegan o se van no son revisados ni se les exigen pruebas Covid, sólo con una “rociada” de desinfectante basta para que salgan o ingresen. La misma línea federal ha sido replicada en Puebla por el Gobernador Miguel Barbosa quien sostiene que Puebla tiene que seguir activa. Y es verdad, sólo que no hay protocolos rígidos de sanidad, ni tampoco una vigilancia que garantice que se aplican las correctas medida de protección en espacios públicos y de alta concentración. Los contagios en Puebla van al alza, y si bien Ómicron refleja hasta hora un número mínimo de contagios, es urgente aplicar un Protocolo Emergente de Contagios Masivos. Las 300 mil muertes que hoy tenemos en México como consecuencia de la pandemia, sin duda alguna deja en claro la irresponsabilidad de un Gobierno para enfrentar una pandemia de orden mundial que en términos reales y en cifras extraoficiales podría acumular hasta el momento cerca de un millón de muertes en el país.
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