¿Se romperá la unidad en MORENA?

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Durante décadas el Partido Revolucionario Institucional construyó su fuerza electoral y política basada, principalmente, en la lealtad de sus militantes y en las estrategias construidas para los procesos electorales. 

Tanta era su fuerza que el entonces secretario de Agricultura, Óscar Brauer Herrera, confesó, cínicamente, en una entrevista, que los campesinos mexicanos solamente estaban preparados para votar y no para sembrar. 

Así se constituía la gran fuerza electoral del otrora poderoso partido tricolor que les permitió no ceder ni un solo estado del país durante 59 años y mucho menos soltar la Presidencia de la República. 

El modelo político-electoral mexicano trató de ser adoptado en otros países y visto con envidia por otros más que no supieron la forma de constituirlo en sus respectivas zonas. 

La alternancia ocurrida en 2000 intentó seguir los pasos recorridos por los priistas, aunque distó mucho de ello, cuando el entonces Presidente Vicente Fox pretendió ser el gran elector. Las cosas no le resultaron y Santiago Creel se quedó con la firme intención de sus sustituir a Fox Quesada. 

Felipe Calderón se impuso a la voluntad del entonces Ejecutivo federal, pero no aprendió la lección y quiso hacer lo propio, llevando como candidato a Ernesto Cordero que fue vencido por Josefina Vázquez Mota, quien fue apabullada por un entonces fresco Enrique Peña Nieto

En la política nacional no se entiende como con tantos avisos los Presidente se vuelven tan soberbios y no escuchan razones ni experimentan en cabeza ajena, ya que uno tras otro reciben los descolones. 

Todos conocemos que los Presidentes priistas sembraban a los candidatos de su partido, basados en la lealtad y cercanía que mantenían con ellos y luego intentaban seguir moviendo los hilos principales de la actividad política o económica del país. 

Sucedía lo mismo en los gobiernos estatales, aunque era el mismo Presidente de la República el que enviaba a sus cercanos amigos que no incluiría en la sucesión a gobernar los estados de lo que procedía e, incluso, se atrevían a mandar en los estados que se podía a sujetos ajenos y desconocidos en la entidad. 

Ex presidentes y ex gobernadores recibían pronto la primera lección, luego de que les toleraran hasta poco más de un año que metieran las manos en sus gobiernos y luego simplemente los bloqueaban. 

En la actualidad el fenómeno se presenta nuevamente con un Presidente empecinado en dejar como heredera a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum

Lo hace patente en cuanta ocasión se le presenta y desdeña a otros personajes que anhelan lo mismo que Claudia la candidatura presidencial. Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores y Ricardo Monreal, coordinador de la mayoría en el Senado se han visto despreciados en ocasiones diversas. 

Ambos cuentan con presencia y simpatía entre la ciudadanía, uno más que el otro, pero los dos han abierto sus cartas y narrado sus intenciones de competir por la candidatura presidencial y, de conseguirla, convertirse en sucesores de Andrés Manuel López Obrador

La contienda presidencial de 2024 se encuentra abierta por el propio Presidente de la república y en ella anotó a varios de sus colaboradores, la mayoría de ellos olvidados dentro de la contienda. 

Se trata de diplomáticos y secretarios del gabinete a los que nadie toma en cuenta como posibles sucesores del Ejecutivo federal y cuyos nombres se han desvaneciendo de esa contienda. 

Tres son los considerados por los electores, de los que saldría el candidato de MORENA, los mencionados Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, aunque el trio puede llegar sumamente desgastado al momento de la selección de abanderado del Movimiento de Regeneración Nacional. 

Como buen seguidor de las reglas del béisbol, el Presidente sabe que tiene, por si se requiere a un emergente que puede salvarle el juego y que no entra en estos momentos en la discusión, pero que cuenta con los atributos para ello. Por lo pronto lo deja que siga madurando y se convierta en el gran conciliador de la política nacional. 

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Finalmente, Carolina Viggiano Austria será la candidata de la alianza PRI-PAN-PRD en Hidalgo, en una contienda en la que sale en desventaja, ante las simpatías que despertó el abanderado de MORENA, Julio Ramón Menchaca. De las dos gubernaturas que mantiene en su poder el PRI, la de Hidalgo es la que conserva una ligera posibilidad de conservar, mientras que en Oaxaca se ve distante, sin importar quién sea el candidato del tricolor. 

 

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