Leer y viajar

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La tecnología ha cambiado la forma en la que entendemos el mundo de los viajes. Antiguamente las personas viajaban por lo que les contaban, por los libros que leían y por la ganas de viajar a aquellos lugares que soñamos. Ahora casi podemos conocer y entender los destinos turísticos sin movernos de nuestra casa, aprovechando todas las ventajas de las tecnologías de información y comunicación.

Es posible entrar a conocer catedrales y castillos, revisar mapas, rutas, climas y también eventos, así como alojamientos, que permiten que al llegar finalmente al destino lo entendamos, disfrutemos y valoremos.

Pero lo anterior siempre vale la pena, si dejamos también algo a la aventura, no conocer todo, dejar que un destino nos sorprenda. Ya que eso permitirá que el gusto de viajar y disfrutar sean permanentes.  El tener todo conocido desde antes puede volver a los viajes una monotonía, algo mecánico que va contra la esencia misma de viajar.

Viajar debe de ser una experiencia que cambie la forma de ver nuestro mundo, que al conocer otras culturas le demos valor a la nuestra y que se pierdan  perjuicios.

Para preparar un viaje, hay que leer sobre el lugar, sobre cómo llegar, donde hospedarse, revisar comentarios, saber si requisitos migratorios cambiaron y también leer sobre quien vivió ahí, que influencia tuvo y que dejo a la ciudad.

Que todos aquellos que lean estos escritos reciban la advertencia de que el hábitat de los hombres es observado y vigilado por la Antigua Raza de dioses y demonios que proceden de un tiempo anterior al tiempo, y que buscan venganza por aquella batalla olvidada que tuvo lugar en alguna parte del Cosmos y desgarró los Mundos en los días anteriores a la creación del hombre, cuando los Dioses Mayores caminaban los espacios, cuando estaba la raza Marduk, tal como le conocen los Caldeos y Enki, nuestro Amo, el Señor de los Magos.

Sabed entonces, que yo he recorrido todas las zonas de los Dioses, y también los lugares de los Anzonei, y que he descendido a apestosos sitios de Muerte y Sed Eterna, que pueden alcanzarse a través del Pórtico de Ganzir, construido en Ur en los días anteriores a Babilonia. Sabed también que he hablado con todo tipo de Espíritus y Demonios, cuyos nombres ya no se conocen en las Sociedades del Hombre, o que nunca fueron conocidos. Y los sellos de algunos están escritos aquí, sin embargo, los de los otros, me los he de llevar conmigo cuando os deje. ¡Que Anu tenga misericordia de mi alma! He visto las tierras Desconocidas que ningún mapa ha cartografiado jamás.

Para organizar mejor sus viajes, recomiendo el libro del gran escritor y filosofo español, Fernando Savater: “Las ciudades y los escritores” en donde reflexiona sobre la vida de grandes autores y las ciudades en donde vivieron.

 

¡Viajemos Juntos!

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