*Por La Rascona

¡Ayayay, vecinxs! Ahora sí las cosas se están poniendo candentes en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla con eso de que los ambulantes regresaron a las calles a torear y hacerle frente a las autoridades. ¿Qué pasó?

Pues miren ustedes, todo se resume a la falta de cumplimiento de una de las partes tras los acuerdos que se hicieron en las elecciones de hace un año, donde los que ganaron les prometieron mucho más de lo que podían, o querían dar. Además, las cuotas que les exigían para chambear en zonas de poco tránsito eran altísimas, y si le sumamos los moches para los famosos inspectores, pues más. Ahora sí que engallados salieron a las calles en espera de meter presión para que los dejen trabajar, algo que de momento se antoja complicado porque es una de las principales encomiendas de Lalo Rivera. Está dura la cosa, ¿no creen?

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Y un tema similar es el de las sexoservidoras, que poco a poco ha vuelto a los lugares de costumbre e incluso han ampliado su zona de trabajo, luego de que la muy al principio censurante Secretaría de Gobernación Municipal, que presumió que ya se vestían más decentes a la hora de ejercer su oficio, dijera que no tiene facultades para regular dicha actividad. ¡Achis! ¿Y las casonas? Pues nada, que siempre no. ¿Y las estrategias? Pues tampoco nada de nada. ¿Y la Secretaría para la Igualdad Sustantiva de Género? ¿Existe?

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No me equivoqué, luego de que ayer les contara que empezaría el desfile de suspirantes destapados, y el primero en caer en el garlito fue el presidente del Congreso, Sergio Salomón, quien además de desfilar por varios partidos políticos y de no sacar  acuerdos pendientes desde la Legislatura anterior, ahora salió a decir que sí quiere pero que esperará los tiempos… Mientras, eso sí, seguirá cobrando su dieta como diputado mientras sueña con la silla giratoria de Casa Puebla. ¿Otro destapado? Pues el gobernador se encargó de quitarle la cobija al presidente municipal capitalino, Lalo Rivera. Ya vendrán más, nomás les digo que por lo regular los primeros que salen son los que nunca llegan. ¿Cambiará esta vieja ley de la polaca?

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]