¿Candidato ciudadano o independiente?
¿Estamos los electores mexicanos preparados para votar por un candidato ciudadano o independiente?
La pregunta viene al caso toda vez que de pronto surgen personajes que desean contender por la presidencia de la república bajo la bandera de ciudadanos, pero cuerpeados por los partidos políticos. Y es que la figura de independientes simplemente no penetró en el ánimo de la clase política que experimentó en ese terreno, sin grandes resultados. Hace seis años, las candidaturas presidenciales independientes se propagaron más rápido que el COVID, ya que un gran número de hombres y mujeres manifestaron su interés en acogerse a esa figura. Personajes sin la preparación necesaria alzaron la mano, algunos políticos también lo hicieron y finalmente dos de ellos fueron aprobados como candidatos presidenciales independientes.
Margarita Zavala Gómez del Campo y Jaime Rodríguez Calderón (El Bronco) lograron conseguir los apoyos necesarios para su registro, dejando en el camino a una cincuentena de aspirantes que no lo lograron. Rodríguez quien es el único gobernador en ganar la elección como independiente no tuvo el mismo respaldo que tres años antes y con poco más del cinco por ciento quedó muy lejano del triunfador, Andrés Manuel López Obrador. Margarita Zavala abortó la misión después de participar en el primer debate y no impactar en el electorado. Después de eso poco han podido conseguir los candidatos independientes, si acaso una alcaldía como la más relevantes de ellas la de San Pedro Garza García, donde el actual presidente municipal, Miguel Treviño de Hoyos, lleva dos victoria consecutivas bajo el esquema de independiente. Por eso en la actualidad los aspirantes presidenciales no hablan de ser candidatos independientes, sino de participar bajo la figura de ciudadanos.
Por lo pronto son tres los personajes que buscan entrar en la disputa presidencial bajo esa figura: Demetrio Sodi de la Tijera; José Ángel Gurría Treviño y Gustavo de Hoyos Elorduy. Y aunque cada uno de ellos trae su propia ruta, el trío busca el mismo respaldo, el de la alianza opositora que conforman panistas, priistas y perredistas. El primero en alzar la mano fue Demetrio, ya que lo hizo antes de que se constituyera la alianza opositora y es el que menos oportunidad tiene de competir, el segundo Gurría y el tercero de Hoyos. Los tres son muy distintos en sus personalidades. Demetrio ha sido partícipe en los tres partidos que conforman la alianza, ya que como priista fue diputado federal, como perredista diputado local y como panista jefe delegacional en Miguel Hidalgo y candidato al gobierno de CDMX. Gurría fue un activo priista que se vio impedido de ser candidato en 1999 por los candados impuestos por el PRI y de Hoyos se hizo el remolón y no aceptó ser candidato en Baja California.
Explorando sus personalidades, ninguno de los tres cuenta con el carisma necesario para penetrar en el ánimo de los difíciles electores, aunque eso no merma otras condiciones con las que si cuentan. Enfrentarlos, cualquiera de ellos, con las llamadas corcholatas de MORENA daría pie a una contienda sumamente dispareja. Los cuatro o cinco meses con que cuentan los “ciudadanos” para animar la contienda electoral no son suficientes para que uno de ellos alcance las simpatía que actualmente tienen los aspirantes de MORENA, hombres y mujer. Email: [email protected] |
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