Balcones del Sur es una colonia fundada hace 40 años, cuando un grupo de ciudadanos buscó a nuestra organización, para no ser víctimas de un fraude de vivienda.

Carecía de todo. “Sin agua, sin luz, sin drenaje. Antorcha nos acogió a todos los que llegamos ahí, dándonos una casita para vivir. [Las casas no tenían] puertas ni ventanas”, cuenta Rosario Hernández Fajardo, una de las fundadoras de la colonia y después activista de Antorcha Popular. Olga Lidia González dijo en entrevista: “caminando en medio de lodo nadie quería entrar hasta acá, nosotros fuimos los iniciadores, y entonces llegó Antorcha. Y cuando llegó todo cambió”. En otra entrevista, la secunda Graciela Ventura: “había puro campo, toda la carretera con hoyos. Cuando me trajo el señor [del taxi] no pensé que hasta acá afuera Balcones del Sur”.

Rosario Sánchez Hernández, que llegó muy pequeña a Puebla y junto con su madre y sus hermanos se avecindaron en Balcones, nos dice: “Se atascaba horrible el transporte público, los pioneros del transporte en Balcones eran los de la Ruta 25 y los ahora extintos Agua Azul Mayorazgo. Tú llegabas con los zapatos llenos de lodo y te decían: vienes de Balcones”.

Un matrimonio fue el encargado de ir a buscar a Antorcha. Victoria Márquez Hidalgo nos dice: “Los vecinos dijeron que si Antorcha nos va a ayudar, adelante. Y ya fuimos a ver allá a las oficinas al ingeniero [Juan Manuel Celis] y a la Doctora [Soraya Córdova Morán]. A la doctora Soraya, se lo agradezco mucho, y el ingeniero nos dieron una buena fuerza para estar aquí, gracias a esa lucha, a esa persistencia del licenciado Lenin Campos, de que le puso todos los kilos para que todo se arreglara como debía de ser, empezó la escrituración”.

Ya con la guía de Antorcha, Lenin Campos Córdova y los colonos detonaron el desarrollo, luchando por los servicios, la pavimentación de las calles, el transporte público y las primeras escuelas. La lucha callejera y el estudio político lograron que la gente pensara de forma distinta: “Todas las colonias que no son de Antorcha han vivido en el conformismo: ahí que lo haga el que pueda, que lo haga el que tenga tiempo, ahí que se los dé el gobierno. Y no tienen lo que Balcones tiene. La organización no se ha equivocado en su proyecto de nación y una prueba pues es Balcones del Sur”.

Silvia Martínez Rojas recuerda la lucha: “de la lucha que yo me acuerdo así que tardó mucho fue la de Casa Aguayo. Mis hijos estaban chiquitos y ahí los llevábamos, ahí preparábamos tortas para llevarnos al plantón”.

            A 40 años de su fundación, Balcones del Sur es una colonia ejemplo: tiene todas sus calles pavimentadas, cuenta con todos los servicios básicos, como agua potable, energía eléctrica y drenaje, tiene toda la cadena educativa desde una estancia infantil, un preescolar, una primaria, una secundaria, un bachillerato y hasta una normal.

            Eduardo Ramírez nos dice: “En la escuela siempre se nos dijo que todo lo que estábamos intentando conseguir no lo íbamos a conseguir solamente esperando de brazos cruzados, no. Teníamos que salir a luchar, salir a exigir lo que nos correspondía, no porque tampoco nos estaban regalando nada”.

El maestro de la secundaria, Antonio Zavaleta, dice: “Y ellos (los padres de familia) venían a palear con nosotros, los niños, los que podían acarrear con cubetas la arena, el agua, toda esta convivencia y ver cómo iba floreciendo la escuela, ver ahora que llegan ellos después de 10 o 15 años, ahora que ya son papás, padres de familia de mis alumnos de ahorita, entran y ven la escuela, y me gusta ver la cara de sorpresa, de admiración. Dicen: ya está más bonita, está muy preciosa la escuela. Eso a mí me llena de orgullo, de satisfacción, es reconfortante”.

Silvia Vergara es contundente: “La organización ha hecho muchas cosas y esta colonia es una de las principales del sur: ya contamos con escuelas desde nivel jardín de niños hasta escuelas normales”.

Además, Balcones tiene una clínica con excelentes doctores y un auditorio en el que la gente puede acudir a eventos políticos, a ver bailes folclóricos, a escuchar música mexicana o de concierto, a ver teatro o a hacer sus festejos escolares o familiares en un recinto agradable. Tenemos una Casa de Cultura en donde los niños, jóvenes y adultos reciben clases de música, baile teatro, ballet o pintura. Muchos de ellos se han convertido en grandes artistas, que le compiten o superan a los mejores del país.

Araela Rojas Méndez, declamadora de alta calidad de Balcones del Sur, cuenta con sinceridad: “La organización ha sembrado una semilla bien importante en la mente y en el corazón de los jóvenes, que desde pequeños, desde las escuelas, les enseñan a través de la cultura que podemos tener un mundo distinto, una vida diferente a través de la poesía, la oratoria, el canto, el baile. En otros lugares no hay esa apertura que da la organización a los jóvenes. Es como muy vacío en la educación y en lo cultural en otros lugares.

“La organización ha dejado una semilla bien bonita en mí, porque inicié aquí a los 12 años y desde ese momento es como una inyección cultural, política, educativa, que Antorcha te da a ti para poder crecer después”, dice la declamadora.

Pero orgullosa de su movimiento, le dice a los poblanos que quiere “invitarlos a que se unan a luchar con nosotros, en la organización. Porque sinceramente considero que es la única alternativa de cambio para la sociedad y para la nación es el trabajo de Antorcha, que hace que las personas no sensibilicemos más, tengamos más criterio, que no seamos enajenados de las cuestiones sociales, de la pobreza, la desigualdad y que tengamos un sentido de identidad a nuestra clase social”. ¡Eso y más logra el arte!

Balcones tiene una Unidad Deportiva con pista de tartán, estadio de futbol, estadio de beisbol, canchas de volibol y de basquetbol, así como una alberca semiolímpica.

Diana Vidal, basquetbolista y responsable del deporte de Antorcha en Puebla, afirma: “La unidad ha cambiado radicalmente la vida de toda la gente de aquí. Los niños pueden desempeñarse en basquetbol, en futbol, en volibol, en natación, en atletismo, en beisbol y podemos ir poco a poco dándole a la gente esa oportunidad de probarse en todos los deportes”.

            Esta colonia popular ha logrado sobreponerse a todos y cada uno de los embates orquestados en su contra. Balcones del Sur fue, es y seguirá siendo, la antorcha que ilumine al pueblo trabajador y el ejemplo irrevocable de que un mundo mejor es posible.

El Maestro Aquiles Córdova Morán es siempre la luz que ilumina el camino. Y los colonos le agradecen sinceramente a los líderes Lenin Campos, Pablito Pérez, Doña Chayito, a Esperanza Hernández, a Rosario Sánchez, a la actual dirigente Lluvia Sánchez y, desde luego, a la Doctora Soraya Córdova, que es la líder de los capitalinos.

“Quiero dar las gracias al ingeniero Aquiles Córdova Morán [líder nacional de Antorcha]. Gracias a la batuta, todos nosotros hemos podido llegar aquí. Hace 40 años se ve muy lejos, se oye muy lejos, pero hoy Balcones es nuestro Tecomatlán [cuna del antorchismo] en el municipio de Puebla. Muchas gracias por dejarnos pertenecer al Movimiento Antorchista”, dice Rosario Hernández.

            Para conseguir una mejor calidad de vida para todos los mexicanos, es necesaria la organización de las masas, su educación política y la lucha capaz de conquistar el poder del país e implementar los cuatro ejes políticos y económicos propuestos por Antorcha, encaminados a erradicar la desigualdad en nuestra patria: trabajo para todos, salario digno, impuestos progresivos y obra social. Los resultados de estos 40 años de trabajo de Antorcha Popular nos dan la certeza de que estamos construyendo la organización con la que materializaremos nuestro sueño de que un mundo mejor es posible gracias a la lucha de la clase proletaria de México.  Balcones del Sur es un ejemplo para todos colonos pobres del país, porque se ha desarrollado gracias a que la gente se organizó, se mantiene unida, estudia los problemas del país y sale a luchar para resolver sus problemas.

Para que todas las colonias pobres del país de desarrollen el camino es formar un partido político de los pobres que tome el poder político del país y, desde un gobierno popular, transforme a México para acabar con la pobreza. Esa es la lección y la enseñanza de Balcones del Sur.