Maija Awi de Pepe Mogt

Una cámara sobrevuela La Rumorosa. Observamos la eternidad de las piedras, dispuestas como si tuvieran consciencia de que las apreciamos; los colores cálidos resaltan mientras nos internamos en el desierto y dejamos la carretera atrás. El sonido de un cascabel satura el ambiente y después la claridad de los sonidos se abre paso: Maija Awi, de Pepe Mogt nos toma de la mano para acercarnos rítmicamente al tropel de arena, animales, vehículos en ascenso y descenso por el camino entre Tecate y Mexicali en Baja California.

El miércoles 6 y el jueves 7 de diciembre de 2020, a través de los canales oficiales del Consulado General de México en San Diego, se presentó Maija Awi, el concierto Campo Alaska-La Rumorosa, musicalizado por uno de los creadores de Nortec.

Maija Awi era una serpiente que vivía en las aguas de Baja California y era el ser que poseía el mayor conocimiento del universo, por eso no era raro que los indígenas, que pertenecían a la etnia Tipai-ipai, la adoraran con música, danza y otras formas de arte. Maija Awi llegaba a la costa donde los Tipai-ipai, también conocidos como Kumiai, la alimentaban. Sin embargo, el hambre de la serpiente no era saciada y reclamaba más alimento. Los pobladores se lo dieron hasta que la serpiente marina estalló de tanto comer. Se sabe que los Kumiai se llenaron del conocimiento de Maija Awi después de encender una fogata con sus restos y así continuar con su veneración.

En esta producción musical, el ritmo que Pepe Mogt, de manera inmediata, nos llena la imaginación con colores ocre, geometrización de plantas, arena, piedras y nubes. En la primera parte, los siete tracks nos dan cuenta de que estamos frente a una experiencia sensorial de un trip por el desierto. La segunda parte se encuentra en las imágenes de Ángel Estrada Fuentes para hacer un todo: Campo Alaska. Película Conceptual-Concierto, la cual se realizó con apoyo de la Secretaría de Cultura de Baja California y se exhibió también en la 17ª Edición de MUTEK México en hibridación con MUTEK Japón.

Un casco transparente envuelve la cabeza de Pepe Mogt, quien se detiene frente al mar. Fade out. El sol cae sin el peso del desierto al que estamos acostumbrados a imaginar. Naranja, verde, azul, son los colores que predominan mientras la música se abre paso entre las imágenes terrosas. Como si fuera un viaje iniciático, el músico deja de serlo y se convierte en cada elemento que los ojos del espectador observan. Y los sonidos se suceden. Sintetizadores alejados de Nortec. Es la evolución musical de Pepe Mogt. Una serpiente repta y se mueve entre los orificios que la roca y la arena habitan. Todo ser que no es humano cohabita en equilibrio: Mojave, Isla, Espuma, los títulos de los temas que Mogt nos regala.

Las imágenes y los sonidos son La Rumorosa. Y al mismo tiempo, si alguien nos dijera que se trata de un planeta distinto al nuestro, también podríamos creerlo.

Tipai-ipai, Maija Awi y Pepe Mogt se convierten en palabras primigenias que encuentran su representación acústica y visual en una película que cabalga entre el documental y el concierto. El choque del agua cuando se rompe en la playa anuncia la llegada de una serpiente marina. Su movimiento es cíclico, como los loops que Pepe ha diseñado para que nos haga sentir en movimiento. La serpiente marina en descenso y ascenso sobre una de las autopistas más peligrosas del país. La Rumorosa está viva: son los colores, las texturas, el cielo, los viajantes, la música lo que la llenan de vitalidad.

Maija Awi es el disco. El planeta es la nave y el universo es el mar eterno en el que la serpiente dialoga con los planetas.

Me despido como decía el maestro Ibarra Mazari: ya mis burros van lejos, voy y vengo

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