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El caso de Cecilia Monzón: La prueba de fuego

Lo único que esperamos ver es justicia, tener la pena máxima y comenzar a abrir una nueva puerta a de verdad tener un sistema que deje de fallarle a las mujeres.

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Memorias del Crimen

Han pasado casi 3 años desde que la abogada Cecilia Monzón fue asesinada un 21 de mayo de 2022 a plena luz del día. Durante todo este tiempo su familia y equipo jurídico, han dado una batalla colosal por lograr acceder a la justicia, tres años después siguen sin sentencia y hasta apenas este 12 de marzo,  iba a comenzar el juicio por feminicidio contra Javier López Zavala. Sin embargo, como parte de una estrategia dilatoria se difirió la audiencia hasta el próximo cuatro de abril. 

El caso de Monzón, sin duda, es uno de los más emblemáticos casos no solo de Puebla, sino del país. Es muy simbólico porque Cecilia era abogada, política, feminista y también activista por los derechos de las mujeres, acompañó jurídicamente a varias mujeres que eran víctimas de violencia y era una mujer ampliamente conocida en la esfera poblana. 

Durante los últimos meses, hemos visto un intento burdo de intentar limpiar la imagen del feminicida. Algunos comunicadores se han prestado a difundir rumores y mentiras. Como siempre, en los casos de violencia y específicamente de feminicidio, se intenta deslegitimar a la víctima para dañar su reputación y darle sentido a la impunidad. Sus esfuerzos son inútiles, puesto que la narrativa ya se ha ganado y Javier López Zavala jamás podrá quitarse la sangre de las manos.

La estrategia de dilación

El equipo jurídico de Zavala y de los autores materiales ha hecho de todo por intentar frenar el proceso. Lo que presenciamos hoy, es la viva imagen de cómo intentan hacer de todo por ganar tiempo. Presentan amparos, piden que se juzgue en Estado de México, cambian de abogados, etc., para quien peca de ingenuo de que no hay relación entre los tres, no sé qué más necesitan para terminar de creérselo. Javier López Zavala es un feminicida, que contrató a su sobrino y a un sicario para quitarle la vida a Cecilia Monzón. 

La prueba de fuego para la nueva fiscal

Como lo dijo Helena Monzón, en su columna de diario El País “Las víctimas no somos dueñas de los casos” dependen en gran medida del trabajo que pueda hacer la Fiscalía para presentar pruebas y argumentar durante las audiencias. Las víctimas y los equipos jurídicos pueden coadyuvar, pero se quedan limitadas a cómo lo hace la Fiscalía. 

Desde hace unas semanas tenemos a una nueva titular de esta institución, Idamis Pastor Betancourt quien tiene la enorme responsabilidad de que salga adelante este caso y el desenvolvimiento de la institución sea impecable. La credibilidad de su muy cuestionable nombramiento, está en la mira con el caso Monzón. 

Todo lo que se tiene que mover

Algo que muchas veces no se ve, es que para que los casos de feminicidio avancen se necesitan mover muchas cosas. De entrada no conozco ni un solo caso, que necesite de tener mucha presión social para que avance, prácticamente ningún caso de feminicidio se puede luchar sin tener que hacerlo público. En el caso de Cecilia han ocurrido muchas cosas, la colocación de espectaculares, mantas en puentes peatonales, movilizaciones, ruedas de prensa, comunicados, declaraciones públicas, entrevistas, documentales, una nueva ley que protege a los menores de edad en orfandad por feminicidio y mucha indignación colectiva.

Todo eso se ha logrado gracias a que el dolor se ha transformado en acción y ese apoyo, es algo que jamás logrará tener el feminicida, quien todo lo que tiene a su alrededor es comprado. Hoy no hay duda que muchas personas se lo han sacudido, incluyendo políticos, y cada vez se queda más solo. Sino pagará millones, no tendría defensa. 

Se vienen días cruciales y lo único que esperamos ver es justicia, tener la pena máxima y comenzar a abrir una nueva puerta a de verdad tener un sistema que deje de fallarle a las mujeres.

 

Justicia para Cecilia Monzón, justicia para todas. 

 

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