Desde entonces, se han actualizado varios temas políticos que no se deben olvidar porque están marcando un rumbo político muy peligroso para la vida y convivencia democrática
Ha pasado un año de la elección del 02 de junio del 2024, en donde el resultado electoral fue desastroso para la oposición, altamente significativo para el partido gobernante y con la votación más alta para un candidato o candidata a la presidencia de la república. Desde entonces, se han actualizado varios temas políticos que no se deben olvidar porque están marcando un rumbo político muy peligroso para la vida y convivencia democrática. Inmediatamente después de conocerse el resultado, en la Cámara de Diputados la Comisión de Puntos Constitucionales, con mayoría de integrantes de Morena, en sesiones maratónicas, entre los meses de junio y agosto, aprobaron los dictámenes por mayoría simple que el presidente López Obrador había mandado como iniciativas para actualizar su llamado “Plan C”, muy especialmente la reforma constitucional para cambiar el método de elección de los integrantes del Poder Judicial. Al mismo tiempo, en el seno del Instituto Nacional Electoral (INE) se discutió y aprobó que el partido mayoritario junto con sus aliados tuviera una sobrerrepresentación —que no corresponde a su porcentaje de votos obtenidos en las urnas— en ambas cámaras del Congreso de la Unión. La decisión de varias consejeras y consejeros electorales, al margen de que fue un duro golpe para la democracia que habían jurado defender, fue impugnada, pero el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ratificó lo aprobado por el Consejo General del INE. Este hecho les daba la posibilidad de que la legislatura entrante, la LXVI en la Cámara de Diputados, tuviera el número suficiente de legisladores para modificar la Constitución. Así lo hicieron en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, aunque les faltaban tres votos para la mayoría requerida, lograron su aprobación al conocerse que tres senadores de la oposición votarían a favor del dictamen: dos del PRD y uno del PAN, consumándose así, una traición a la democracia. Aunque fue controvertida ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ésta decidió, al no alcanzar la mayoría de los votos requerida de los ministros presentes, que se desestimaran las acciones de inconstitucionalidad, quedando en firme la modificación constitucional. Esta fue la ruta que siguió el Plan C. El paso siguiente era la elección de jueces, magistrados y ministros, misma que se llevó a cabo la semana pasada con el resultado esperado: mayoría clara de las y los afines al obradorato. Así se consumaron, en un año exactamente, los golpes arteros a la división de poderes y a la democracia.
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