Que ahora sí

Julio es la nueva fecha para la distribución de medicamentos en México.

La Presidenta Claudia Sheinbaum dio la nueva fecha, misma que ha variado desde que el entonces Presidente López Obrador decidió cambiar el mercado de los medicamentos.

Lo hizo, porque según él, existía un cártel de las medicinas, en el que figuran personajes políticos como Manlio Beltrones, Emilio Gamboa y Roberto Madrazo, entre otros, todos ellos vinculados al PRI.

No le importó que los enfermos terminales se quedaran sin medicamentos, al igual que los niños y todos aquellos beneficiarios del sector salud.

Desapareció un instituto de salud conocido como Seguro Popular, que después de varios años venía funcionando con regularidad, y creó otro en su lugar, el INSABI, que fue un tremendo fracaso, y sin importar ello, su director Juan Ferrer fue premiado y designado embajador de México en la Unesco.

Puso al frente a un inepto administrador con recorrido en el INAH, y quien durante casi cinco años acumuló varios traspiés.

Para combatir al llamado cártel de las medicinas, el Ejecutivo federal decidió que el gobierno federal —y no las instituciones de salud— compraría los medicamentos e intentó que la OMS se hiciera cargo del tema.

Conocido el fracaso, se decidió desaparecer el INSABI, sin importar las grandes inversiones allí realizadas, y creó el IMSS Bienestar, a la par que presentó una supuesta megafarmacia, desde la que se distribuirían los medicamentos a todo el país.

Todo fue un fracaso, la inversión también fue millonaria, y la megafarmacia carecía de medicamentos que surtir.

Se reconoció el fracaso de los intentos por conseguir los medicamentos y su reparto, mientras que enfermos de cáncer y de otras enfermedades terminales fallecían.

El sueño de tener un sistema de salud como Dinamarca, se convirtió en una pesadilla, sin que las autoridades encontraran la manera de contrarrestar la eliminación de algunos laboratorios que fueron considerados como “mafiosos”.

Un nuevo gobierno decidió tomar el toro por los cuernos, reconocer el error sin aplicar paliativos, y anunció que ahora sí en marzo se tendría cubierto el rubro de los medicamentos.

Se corrieron rumores de que el relevo de Zoé Robledo, director del IMSS, era inminente, y hasta desde la propia Presidencia de la República se reconoció que había corrupción en la compra de medicamentos, por lo que se decidió cancelar las licitaciones que ya estaban listas.

Un nuevo giro en el tema: no fue marzo, tampoco salió Zoé, se nombraron nuevos funcionarios en el sector y, como ocurre siempre en la 4T, no hubo consecuencias, ni funcionarios acusados por la corrupción en las licitaciones. Todo quedó en el limbo.

Varios intentos se han hecho y en diversas ocasiones se han soltado versiones del cambio del director del IMSS, sin que tuviera veracidad.

La propia Presidenta Sheinbaum ha reiterado en varias ocasiones que Robledo se encuentra firme en su encargo, pero voces malintencionadas persisten en difundir rumores sobre su supuesta salida.

Hasta ahora nada ha sucedido en el sector salud: la megafarmacia sigue vacía, las medicinas escasean, se siguen dando fechas para el abasto, lejos estamos de Dinamarca, y Zoé sigue firme en su cargo, por voluntad —se dice— de quien reside en el estado en que nació Zoé Robledo.

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Carla Morell, una priista de Texcoco que funge como secretaria de Cultura del PRI en el Estado de México, se lanzó en contra de sus todavía compañeros de partido que pretenden crear un movimiento (asociación civil) fuera del PRI después de haber sido beneficiados con distintas posiciones de elección popular. Entre ellos se encuentran algunos que, dice, fueron artífices de la entrega del gobierno estatal a MORENA.

El grupo compacto está conformado por Carolina Monroy, Alejandro Ozuna, Enrique Jacob, Mario Vázquez y Ricardo Aguilar, entre otros.

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