Viernes 08 de Agosto de 2025

 

En Puebla no existe ciclovía a nivel de piso que no hayamos tenido que defender. Desde Manu Vive hemos empujado, una y otra vez, la agenda de movilidad urbana sustentable y seguridad vial, porque en este país en promedio mueren 44 personas cada día derivado de un siniestro vial. No son cifras, son personas, con familias afrontando pérdidas irreparables. Como organización, hemos trabajado por un marco legislativo que sea piso mínimo de protección a nuestros derechos, con un objetivo claro: transformar la infraestructura de Puebla para que nadie muera en las calles.

Hoy esa lucha se concentra en un nuevo frente: la defensa de la ciclovía en el Bulevar Las Torres.

El sábado 27 de julio de 2024, Juan Cortés Vázquez fue atropellado en Avenida Las Torres mientras se trasladaba en su bicicleta. El responsable: un elemento de tránsito municipal. La tragedia dejó a su familia sin un padre, un hermano, un esposo, un hijo. Y, a pesar de este dolor, todavía hay voces que se oponen a la construcción de la ciclovía.

En los últimos años se han construido ciclovías en la zona centro y en Angelópolis, pero urge descentralizar la infraestructura y llevarla a puntos neurálgicos donde la bicicleta no tiene sólo un uso recreativo, sino de transporte. Lugares históricamente olvidados, donde la vida peligra a diario no por culpa de los ciclistas, sino por deficiencias de la infraestructura.

Datos del INEGI 2021 muestran que en 12 colonias del sur de la ciudad más del 40 % de las y los habitantes usan la bicicleta como medio de transporte. Se calcula que 75,000 personas serían beneficiadas directamente por esta ciclovía que puede servir como eje para conectar San Andrés Cholula y Puebla, y que el impacto sería aún mayor si sumamos la demanda de viajes desde Santa Clara Ocoyucan, el número de universidades y las zonas habitacionales cercanas.

La infraestructura ciclista no solo salva vidas; también mueve la economía. Diversos estudios demuestran que las ciclovías incrementan las ventas en los comercios cercanos entre un 10 % y 25 % al aumentar el flujo peatonal y ciclista. Reducen costos de transporte para miles de personas, atraen turismo sustentable y revalorizan la zona al hacerla más segura y habitable. Apostar por ciclovías no es un gasto: es una inversión social y económica que se multiplica en beneficios directos a la calidad de vida.

Esta semana, desde Manu Vive, lanzamos la campaña #SíALaCiclovía con testimonios de mujeres cuidadoras, repartidores, estudiantes, comerciantes. Voces que nos recuerdan que las ciclovías no son un capricho; son una necesidad. Que su existencia no es negociable: es una obligación legal y constitucional.

Porque lo dice la Constitución, Artículo 4º: todas las personas tenemos derecho a movernos en condiciones de seguridad, accesibilidad y sostenibilidad. Porque lo establece la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial: primero las personas vulnerables. Porque lo ordena la nueva Ley estatal: el municipio está obligado a garantizar infraestructura segura para ciclistas y peatones. Y porque lo grita la realidad cada vez que alguien muere en las calles.

Defender la ciclovía en Las Torres es una trinchera ética. Las organizaciones no podemos cargar solas con la socialización y defensa, y el gobierno municipal tampoco debe actuar aislado. Nos toca trabajar en equipo. Es un compromiso con las familias que han perdido a alguien. Es elegir un futuro menos violento y más vivible.

La ciclovía en Las Torres salva vidas. Reduce emisiones. Fortalece el comercio local. Democratiza el espacio público. Sí, quita unos cuantos cajones de estacionamiento. Pero… ¿qué pesa más? ¿Una vida o un cajón de estacionamiento?

En la calle cabemos todas y todos. Lo que no cabe son tantos coches ni las decisiones que privilegian el derecho a estacionar sobre el derecho a vivir.

Desde Manu Vive, desde las voces que no callan, desde la memoria de Manu y de tantas víctimas viales: #SíALaCiclovía.