Vecinas, vecinos, cualquiera diría que un mandato de cinco meses no haría daño a nadie, pero sorpréndanse de todo lo mal que se puede hacer en un lapso tan corto de tiempo.

Cuentan que Guillermo Pacheco Pulido llegó al interinato para cumplir su gran sueño de ser gobernador después de desfilar por todos los puestos posibles en la política. El problema, ahora, ya se encuentra bajo la lupa.

La organización Puebla Contra la Corrupción y la Impunidad detectó irregularidades en esa administración, superiores a 520 millones de pesos, entre contratos a empresas fantasmas y obras inconclusas.

Una cosa es un hecho, en el gobierno estatal no es un secreto que el uso de recursos públicos se hizo de forma desaseada, y el mejor ejemplo es la adquisición con sobrecosto de uniformes escolares, motivo que tiene en la cárcel a un exfuncionario.

Vamos a ver si la Auditoría Superior del Estado ya detectó estas anomalías, porque el monto no es cualquier cosa.

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Y siguiendo la huella del dinero público malversado, esa instancia presidida por Francisco Romero Serrano, ya anunció que puso en la mira al ex todo poderoso de los dineros en el morenovallismo: Eduardo Tovilla Lara.

Para nadie es un secreto que el subsecretario de egresos era, en los hechos, el verdadero responsable del manejo de recursos.

No significa que Roberto Moya Clemente estuviera de ornato, para nada, porque su función fue de operador financiero y el resultado se exhibió en el fideicomiso con Evercore.

Pero Tovilla Lara, dicen, dispuso de miles de millones de pesos para las obras y programas de ese mandato… y posiblemente para algo más, motivo de investigación.

Ahora le corresponde a esa instancia indagar y mostrar si hay responsabilidades por presuntas irregulares.

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Ahora resulta que Oswaldo Jiménez López, diputado local del PAN y sobrino político del exgobernador Antonio Gali Fayad, quiere ser candidato a la presidencia municipal de Puebla.

El legislador cree que cuenta con talento, estructura y capacidad para presentarse a una interna en el blanquiazul y competir en condiciones igualitarias a un peso completo de Morena, PRI o cualquier otra fuerza.

Lo malo, y alguien debería decírselo, es que en parentesco político lleva ventaja y desventaja: su tío sí lo puede impulsar, pero al mismo tiempo puede implicar su ruina política porque justamente ahora el galismo se encuentra bajo la lupa.

Aunque hasta ahora no ha sido medido en ninguna encuesta, creen que carece de un buen nivel de conocimiento incluso dentro de las filas panistas. ¡Suerte!

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En sesión del Congreso local, la última del segundo periodo ordinario de sesiones, se aprobarán reformas en materia electoral y entre los temas destaca la eliminación de la figura del “gran perdedor”.

Esa bizarra mecánica que idearon en el marinismo para apoderarse de la mayoría y burlar el principio de representatividad, ahora pasará a ser anécdota política, y aunque no se reconozca, la verdad es que en términos democráticos, sí es un paso adelante.

Así que mientras los cambios sirvan para ofrecer reglas más claras y equidad de fuerzas en el legislativo, no hay motivos para oponerse…