Por La Rascona*

¡Caray, vecinos y vecinas! En este vecindad, antes del chacoteo, también somos solidarios y no cabe duda que algo gacho sentimos cuando confirmaron, de manera oficial, la muerte del activista y exdiputado Pedro César Carrizales, conocido por todos los valedores y hasta los no tan valedores como El Mijis, quien estaba reportado como desaparecido desde hace algunas semanas. Ese polémico personaje obtuvo en 2018 una diputación local, y desde un inicio fue criticado por provenir del barrio, y no sólo de eso sino por su pasado en las pandillas. Luego le criticaban su forma de hablar, de vestir y de las políticas que impulsó para reintegrar a los chavos banda a la sociedad. El Mijis, a quien muchas veces hicieron menos, siempre dio clases de educación cuando de defender su postura se trató, algo que incluso lo llevó a sufrir atentados y secuestros. Ojalá muchos políticos y diputados de todo México aprendan algo de la solidaridad de El Mijis y respalden a quienes votaron por ellos.

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Bueno, entrándole a lo barrido y a otro tema, qué les parece la voladora que cayó en la madrugada del miércoles a los reclusos del Cereso de San Miguel, donde un operativo sorpresa hizo de las suyas destapando que sí hay privilegios al interior del penal… Luego que hace unos días murieron dos internos por presuntamente intoxicarse con alcohol que ellos mismos cocinaron con gel y lociones, el tardío y polémico actuar de las autoridades dijo “aguas, que ahí les voy” y se metieron al fondo de las crujías donde descubrieron unos 300 teléfonos celulares, que -a dichos del mandatario- se rentaban al interior para extorsionar y cuanta barbaridad más se imaginen. ¡Unos reos hasta wifi tenían!

El gobernador dijo: “Grupos de personas privadas de la libertad querían tener el control del reclusorio y una de las formas es que eran dueños de los celulares. Los celulares los rentaban adentro y todos los días entregaban uno y en la tarde lo recogían. Esa es la forma de comunicarse, otros los tenían de forma permanente”. Actuaron, muy bien. Y qué bueno que le hicieron caso al juez federal que ordenó hace unos días a autoridades penitenciarias poner fin a los privilegios. Un vecino que tiene un familiar en el botellón, me dijo:

“Ya era hora que se hiciera algo. Pero lo que nadie quiere decir ni aceptar es que las autoridades de adentro están coludidas con las de afuera. Todo es así. Y ellos saben quiénes son. ¿A poco no? Nomás actúan cuando les jalan las orejas, si no todo seguiría igual. Si adentro cobran por todo, y a quiénes creen que va todo ese dinero. Hay mucho efectivo y todos, todos pagan comisión a su superior inmediato. Todos”.

Si van a poner orden en los penales, que sea en serio. Que no simulen, que no haya otro espectáculo terrible como el de las fosas, el bebé muerto, los intoxicados, los abusos de autoridad ni la violación a los derechos humanos.

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]