*Por La Rascona

¡Saludos, vecinos, vecinas! No cabe duda que cuando el río suena es porque agua lleva, y ese es el caso que se ha estado chismorreando en todo el gobierno del estado respecto al “córtalas, córtalas” de parte del mandatario y su operador político Eric Cotoñeto que, según dicen las malas lenguas, se le subió el poder a la cabeza y se sentía el brazo ejecutor con ínfulas de emperador.

Y es que fíjense ustedes que en los pasillos estatales empezó una purga de todo lo que huela al quien dicen cayó de la gracia administrativa y más de un área se vio afectada tras el despido de operadores y gente de confianza que, hasta me han chismeado, tenían más fidelidad por don Eric.

De hecho me contaron que poco más de una centena de trabajadores son los que pasaron desfilando con cajitas de cartón de las secretaría de Bienestar, Desarrollo Rural y del Trabajo, así como de del Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA) y demás centros y coordinadoras educativas.

Seguro se preguntan por qué del rompimiento. Pues yo también, la mera verdad porque ese amasiato corría desde los años del Sol Azteca. Eso sí, hay quienes dijeron que el tema principal es porque se andaba subiendo a las barbas del mero mero. ¿Será?

O quizás será por el más clásico instinto que lleva a separarse a los amigos: money, cash, fierros, clavos, marmaja, poshka… Ustedes, ¿qué creen que haya pasado?

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Miren ustedes, que hay un tema más que ardiente en Puebla. Y es que a la ola de homicidios, feminicidios, ejecuciones, asaltos y demás se suma la violencia del estado para con los grupos disidentes, sobre todo quienes llevan años luchando desde un bloque por la defensa de las tierras. El caso Coyomeapan, donde se presume que el 9 de mayo existió una ejecución de parte de la policía estatal contra un grupo de indígenas ya está trascendiendo más de lo que a las autoridades locales les gustaría. Y es que la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) exigió al gobierno de Puebla esclarecer este hecho donde, dice la ONU, existió “uso excesivo de la fuerza” por la policía estatal, sospechando un hecho de emboscada y ejecuciones extrajudiciales tras una muy prolongada criminalización de la protesta en esa demarcación, por el control de los recursos naturales y el conflicto post electoral.

Como pueden ver, los derechos humanos no gozan de muy buena salud que digamos en Puebla.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]