Oigan, de plano a veces me pregunto qué pasa en Puebla.

Miren que el tema de los atropellamientos y accidentes viales son cosas de todos los días, así como los asaltos con violencia, las obras inconclusas y el descuido en el que se encuentran las que están en proceso.

Ahí tienen, por ejemplo, el caso del pobre pequeño que cayó en una alcantarilla sin tapa en el Centro de la Angelópolis, ahí en la 16 Poniente y la 5 Norte.

El percance se debió a las obras que realiza Agua de Puebla, como parte del proyecto de cambio y rehabilitacion de drenajes, pero no había señalética que advirtiera del peligro a la ciudadanía.

El hecho ha causado indignación porque los servicios de rescate corrieron a cargo de los mismos vecinos y locatarios de la zona que con mecate en mano pudieron rescatarlo.

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Los que se andan agarrando del chongo, para variar, son los de Morena, esos amigos y rivales internos que se avientan pedradas y mentadas a cada rato.

Fíjense que ahora el exsecretario de Gobernación Julio Huerta Gómez se les fue con todo al diputado Roberto Solís y al diputado federal Juan Carlos Natale, coordinadores de Adán Augusto López Hernández y Marcelo Ebrard Casaubón, respectivamente, que se quejaron porque no hay piso parejo en Puebla para las corcholatas presidenciables que no se apellidan Sheinbaum.

Así que don Julio dijo que no hay favoritismos, y que además él es “un procurador de piso parejo”, al ser “el primer servidor público en el estado que ha renunciado a su cargo como secretario de Gobernación” para dedicarse de tiempo completo al proyecto de Claudia Sheinbaum Pardo y a su proyecto por la candidatura de Morena en el estado”.

Y remató diciendo: “si están de servidores públicos y no han tenido las agallitas para renunciar, creo que no tiene mucho valor su dicho”.

¡Pum!

¿Será buena la estrategia de dividir el partido luego de un supuesto acto de unidad y respeto?

Pues ya se verá.

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Me chismearon que donde ya ni la muelan es en el Tribunal Superior de Justicia, donde la gente de Carlos Palafox Galeana se sigue haciendo ojo de hormiga y por enésima vez retrasarán los pagos de las quincenas prometidas a los trabajadores.

“Que ustedes disculpen que les digamos apenas”, les dijeron, “pero el pago se va a hacer hasta finales de julio”.

¡Chale! Esa promesa tampoco fue vista con buenos ojos, pues consideran que no está parada en tierra firme, por lo que en cualquier momento podría haber huelga de brazos caídos.

¡Bueno! Eso dicen.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: lavecindad@elpopular.org