Vecinos, vecinas, llegamos a mitad de semana llenos de ocurrencias, hechas por los personajes que ahora se muestran como los salvadores, pero que a la hora de la hora siempre decepcionan: las y los políticos.

Fíjense que todo era risa y diversión hasta que la convocatoria de Morena hizo de las suyas, reduciendo los perfiles que llegarán a la final de seis a cuatro, avalados todos por la Comisión de Elecciones.

Apelando a la lógica de paridad tendrían que ser dos mujeres y dos hombres propuestos en Puebla. Pero no sólo eso, sino también porque los lineamientos cuatroteístas vaticinan una guerra de altísima intensidad todo octubre porque en noviembre sí o sí se conocerá a la candidata o al candidato.

Los que saben de estos merequetengues dicen que se esperan las más grandes cochinadas, los más ambiciosos moches y los más oscuros acuerdos con tal de llegar a la soñada candidatura.

Ya se empieza a ver cómo cada uno de los aspirantes anda echándole una manita de gato a las bardas y espectaculares, y otros y otras aspirantes andan pagando para colocar por todo el estado su nombre en el imaginario colectivo, todo eso a pesar de que la convocatoria del morenista dice que esas “actitudes” serán castigadas.

Pero lo hecho, hecho está. Así que mientras no les digan nada ellos seguirán diciendo que son puras “muestras de apoyo” social.

¡Ja!

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Hablando de Morena, vaya sorpresa que nos dio doña Rosario Orozco Caballero, viuda de Barbosa, quien de plano salió a decir que también quiere la gubernatura de Puebla.

“He revisado con detenimiento la Convocatoria de Morena para el proceso interno, cumplo con cada uno de los requisitos para la Coordinación de Comités de Defensa de la Transformación en Puebla. Estoy lista para seguir contribuyendo, ¡y he decidido participar!”, dijo doña Charito motivada por alcanzar una diputación, lo que se traduce en fuero constitucional “por aquellito de las dudas”.

Curioso, dicen los vecinos chismosos, que sea ella quien levante la mano luego de que el fallecido Miguel Barbosa dijera que doña Rosario no haría lo de Martha Erika Alonso y no buscaría candidatura alguna.

¡Ja! Otra vez. ¡Ja!

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Reflexión vecional: La desesperación y el hambre de poder del barbosismo hacen que sus alfiles, reinas y peones se mueven por todos lados a la espera de que algo, lo que sea y como sea, les caiga del cielo morenista.

Oliva Salomón, Lizeth Sánchez, Rosario Orozco, Julio Huerta y el doctor Martínez quieren pescar en el río revuelto, aunque no se han dado cuenta que ellos son los que agitaron las aguas.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]