Si alguien sigue festejando por los resultados de la elección es Jorge Estefan Chidiac
¡Ayayay, vecinos y vecinas! Si alguien sigue aventando confeti por los resultados de la jornada electoral del 2 de junio es Jorge Estefan Chidiac, otrora estandarte del Partido Revolucionario Institucional que fue hecho a un lado por la dirigencia de Néstor Camarillo Medina, bajándolo de la primera fórmula al Senado por el tricolor. Ese momento, que en un principio los priistas creían que era una anécdota, terminó por convertirse en un efecto mariposa que arrasó con el vetusto partido. Poco menos de medio año le tomó a Estefan hundir el barco priista, con dirigencia y con los poquísimos militantes que aún le quedan. Desde el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), satélite partidista que Estefan tomó por asalto, se dedicó a colocar perfiles para competir directamente contra el tricolor en municipios donde, en teoría, era fuerte el Revolucionario Institucional. Hoy el Verde es una fuerza política en el Congreso del estado con mayor peso que el mismo PRI, casi a la par del PAN. Es cuestión de tiempo, dicen los expertos chismosos, para que empiece a colocar fichas en el tablero político, con miras a tres años donde se renovarán ayuntamientos. Muchos dicen que Morena es el nuevo PRI, pero lo cierto es que, al menos en Puebla, el Verde Ecologista sólo se sacudió el rojo de su escudo. ¿O cómo ven? ¿El que ríe al último, ríe mejor? * Otra duda que carcome es si en los próximos años la alianza PRIANRD seguirá viva. En Puebla, al menos el Sol Azteca está más cerca de desaparecer que de mantenerse flotando y agarrado del presupuesto que se les destina a los partidos. El PAN, se sabe, está pensando, o al menos debería hacerlo, en renovar su dirigencia. El grupo de Eduardo Rivera Pérez por ahora no se encuentra en su mejor momento. Augusta Díaz de Rivera dijo que si la responsabilizan ella se va, aunque bien haría hacerse a un lado por voluntad propia. Incluso hay quienes están pidiendo que sea Edmundo Tlatehui Percino, el amo y señor de Cholula, el que tome las riendas de la más que alicaída panadería. O, incluso, no se descarta la posibilidad de que Genoveva Huerta Villegas recupere de nuevo su liderazgo y, por eso, anduvo en campaña por todo el estado y no en Tepeaca, donde era candidata. Algo perverso se maquilando y para esto tiene a sus aliados como Guadalupe Leal Rodríguez, quien fue relegada por el grupo yunquista, y Eduardo Alcántara Montiel, que de entrada en esta elección operó en contra de su partido. El PRI, como ya dijimos, anda sacando el ábaco para ver si le alcanza para mantener el registro. Su renovación es obligada, aunque eso implique mutar o incluso desaparecer. La conformación de este bloque opositor sólo sirvió para ratificar el discurso del residente AMLO. El PAN, dicen, cargó con la mala reputación del PRI, y el PRD no le abonó nada de votos. Entonces, ¿tiene sentido seguir manteniendo la alianza? ¿Acaso no es mejor fundar un nuevo movimiento opositor, sin las siglas del PAN, PRI, PRD? Esa y otras preguntas son las que andan rondando en la cabeza de más de un teórico de la oposición. * Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected] |
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