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Los transportistas también aman Puebla… pase y conozca el nuevo monólogo colectivo

Mientras tanto, seguimos esperando que la dignificación del transporte público pase de ser una idea bonita a una realidad con menos baches, menos peleas por el pasaje

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¡Vecinas, vecinos!

 

Pues parece que en Puebla hemos llegado a un nuevo nivel de comunicación: el monólogo colectivo.

Y es que los transportistas, con un entusiasmo digno de aplauso, organizaron una reunión para hablar sobre la "Dignificación del Transporte Público".

 

Así como lo leen.

 

La idea es noble, sin duda. Quién no soñaría con un servicio eficiente, seguro y hasta con conductores que no te miren con cara de "te subes o qué".

El problema es que, para que haya diálogo, se necesitan dos partes.

Y aquí, la otra mitad del cuento decidió que tenía mejores cosas que hacer. Ninguna autoridad estatal apareció.

 

¡Ni para la foto!, que ya es decir.

 

Manuel Salvador, representante de Izúcar, sacó la carta de la profesionalización de los conductores.

“No solo se trata de modernizar el transporte”, dijo, y tiene razón.

Porque puedes ponerle pantallas de plasma a los camiones, pero si el chofer sigue manejando como si estuviera en Rápidos y furiosos o convertidos en el Rayo McQueen, el problema, obviamente, persiste.

Berenice Uribe, quien organizó el evento, lanzó un llamado conmovedor: "Los transportistas también amamos Puebla".

Y claro, seguro que sí, aunque a veces pareciera que su amor se mide en carreras de alta velocidad en los estacionamientos del estadio Cuauhtémoc y frenadas sorpresa.

Pero fuera de la broma, la petición es legítima: mejores condiciones para conductores y usuarios.

Miren ustedes, lo curioso aquí es la ausencia del gobierno. Quizá no recibieron la invitación. O quizá sí, pero la dejaron olvidada en la guantera de alguna unidad del transporte público, y todos sabemos que recuperar algo de ahí es casi tan probable como encontrar un unicornio en el Zócalo.

Así que ahora los transportistas esperan que, en una segunda reunión, las autoridades sí se dignen a aparecer.

Mientras tanto, seguimos esperando que la dignificación del transporte público pase de ser una idea bonita a una realidad con menos baches, menos peleas por el pasaje y, si no es mucho pedir, con conductores que sepan que el freno y el acelerador no son enemigos.

 

¿No creen?

*

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. 

 

 

Acuérdense que el que se enoja pierde.

 

 

Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: lavecindad@elpopular.org

 

 

 

 

 

 

 

 

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